Date: Sun, 9 Feb 2014 14:11:28 +0000 From: alfredo garcia Subject: La nave oscura, Non English La nave oscura, y Yo no quería By Alfredo García Recuerda que Nifty necesita de tus donaciones para poder proporcionar estas estos hermosos relatos. http://donate.nifty.org/donate/html La nave oscura Camino por calles oscuras y desiertas. Es media noche, estoy un poco borracho. El suelo esta mojado, pero ya no llueve. Oigo pasos detrás de mí, me vuelvo, a veinte metros me sigue un hombre, alto, fuerte. Continúo caminando, no tengo miedo, cada vez esta más cerca de mi, deseo que cuando me alcance ponga su mano en mi hombre. Caminamos junto a la edificación de una fábrica abandonada, puertas abiertas conducen a naves oscuras. Mi pene comienza a ereccionarse. Me gustaría que el hombre me obligara a entrar en una de esas oscuras naves, que me tratase duro, que me violase. Lo deseo ardientemente. El hombre ya esta a mi lado, y no me ha puesto la mano en el hombro, ni ha vuelto la cabeza para mirarme. Ya esta a cuatro metros de mi, se aleja. No, no me puedo quedar solo, solo le tengo a el, necesito que me coma. "Hola," le grito. El hombre se detiene y se vuelve, bigote, barba de unos días, y mirada profunda que me traspasa. Me acerco a el despacio, estoy temblando, tengo miedo, pero no puedo dejarle ir. Ya estoy a su lado, subo lentamente una mano hacia su mejilla. Se aparta un poco, pero finalmente mi mano, consigue tocar su cara, la piel calida y el tacto rasposo de la barba. Me tengo que poner de puntillas para acercar mi rostro al suyo. Beso su mejilla. Muy despacio sus brazos me rodean, movimientos a cámara lenta, me aprieta contra su cuerpo, mis manos rodean su cuello. Durante una eternidad sus labios se acercan a los míos, yo los abro, el los abre, piel húmeda sobre piel húmeda. Entonces el tiempo se acelera de repente, me besa con fuerza, violentamente, su lengua dentro de mi boca, la chupo y trago su abundante saliva, y otra vez el tiempo se ralentiza, y noto como mi pene se endurece, y como el suyo empuja contra mi vientre. Entonces me relajo, y mi angustia desesperada va siendo sustituida por una confiada certeza. Si, si, esta noche la nave oscura se llenara con mis gemidos de placer. Yo no quería He resistido todo lo que he podido, he intentado librarme de sus brazos con todas mis fuerzas. Pero no he podido, el es mucho mas fuerte que yo. Poco a poco he ido abandonando, mis movimientos ya no son tan violentos, y la presión de su cuerpo sobre el mío... es más relajada. Ya no me resisto más, y me abandono en sus brazos, mi agitada respiración se va calmando, y un ligero sopor comienza a inundar mi cerebro. Dócilmente me dejo desnudar, en realidad colaboro con los ojos cerrados. Un escalofrío me recorre cuando siento su mano recorriendo mi cuerpo, su delicada caricia pone erectos mis pezones, trago saliva, y cuando pellizca uno de ellos, no puedo evitar que un gemido salga de mi boca. Luego la mano resbala por la cara interior de mis muslos, y yo respondo doblado mis piernas, y juntándolas, solo lo justo para que el dorso de su mano también me roce. La mano sube y sube hasta que sus dedos tocan mis testículos prietos, la mano los envuelve, y yo arqueo mi cuerpo, y el mordisquea uno de mis pezones, y yo gimo, gimo y gimo de placer incontenible. Mi pene terso, la cabeza inclinada hacia atrás y la boca abierta. ¿Como en este estado, puedo evitar que mis piernas se abran cuando sus dedos acarician mi perineo, buscando una entrada en mi cuerpo? ¿Como no ofrecerle mi lengua cuando su dedo lubricado me penetra lentamente? ¿Como evitar que mi cuerpo se llene de espasmos, y que mi semen se desborde como lava ardiente por los labios de mi pene? ¿Como detener el río de gemidos que sale por mi boca, mientras expulso entrecortadamente torrentes de blanco y semitransparente semen? ¿Como podría ahora convencer a nadie, que yo no quería, y que el ha violado mi cuerpo, y violentado mi alma? Y después cuando su pene forzó mi entrada, yo no proteste, y me abrí todo lo que pude, para que el pudiera entrar dentro de mi, y desee darle placer, y le pedí mas, y mas fuerte, y me volví a correr bajo sus furiosas envestidas, y grite mi deseo y mi amor, yo, yo el que no quería, el que se resistió todo lo que pudo, el que decía que no, pero que en el fondo de su alma y de su cuerpo estaba suplicando que si. Escríbeme si te ha gustado mi relato. Necesito ese estimulo para seguir escribiendo: alfredo247@hotmail.com Puedes encontrar más relatos míos en: http//www.nifty.org/nifty/frauthors.html Alfredo García