Date: Mon, 1 Feb 2016 23:12:13 -0400 From: Dr Mat Subject: PABLO Y YO, Ch. 2; Gay, Non-English Me disculpo por el capitulo anterior, lleno de caracteres extranos. Es la primera vez que publico por este medio y, aparentemente, el formato al que tuve que convertir el texto no reconoc'a acentos. En esta ocasion me tome la molestia de corregir los entuertos. Ojala les guste este segundo capitulo; y no olviden comentarme por e-mail lo que piensan. Asi mismo, esta es una historia de absoluta ficcion. Las clasicas advertencias aplican; si le ofende este tipo de material, o si entro aqui por error, abandone de inmediato. My apologies for the previous chapter, so full of weird symbols. It is the first time I publish through this medium and, as it seems, the format I had to convert the text into did not recognized accents. This time around I took the trouble of fixing the boo-boos. I hope you like this second chapter; and don't forget to e-mail me your thoughts. Also, this story is an absolute work of fiction. Typical disclaimers apply; if you are offended by this type of material, or if you got here by mistake, leave at once. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * PABLO Y YO II "Quiere venir a mi casa?" Eso me puso notablemente inquieto; naturalmente, lo ultimo que necesitaba era que me vieran entrar a la casa de este chiquillo pubescente, y que alguien me reconociera. Inmediatamente, el me tranquilizo, diciendo: "No se preocupe. Estaremos completamente solos; mi mama no llega sino hasta tarde en la noche". Me calme; deje que me tomara de la mano y me guiara. Afortunadamente, no habia nadie alrededor, asi que, por lo menos, el trayecto estuvo libre de contratiempos. Llegamos a donde vivia. Era una casita rodeada de una verja gris, levemente alta; algo muy diferente al departamento de soltero que ocupaba yo. Entramos; el se quit˘ los zapatos, dio unas vueltas en el interior y regreso diciendo: "Como lo pense; mami llegara hoy alrededor de la medianoche. Hasta me dejo una nota y dinero para que me compre algo para cenar". No pudo disimular una leve sonrisa de picardĦa al decirlo, como si supusiera lo que iba a pasar despues. "Por cierto, no nos hemos presentado" le dije. "Me llamo Fernando Ortiz. Y tu?" "Pablo Garcia" me respondio. "Encantado" agregue, estrechando su mano, que me ofrecio sin temor. Se sentia firme, con dedos largos y fuertes, como los de un atleta, pero a la vez su piel se sentĦa hechizantemente suave. "Cuantos anos tienes?" "Acabo de cumplir catorce", me dijo. A lo que yo conteste: "Vaya. Eres todo un galan. Bien alto, fuerte y guapo". Se ruborizo un poco y dijo, sonriendo timidamente: "Gracias, senor Fernando. De veras cree que soy guapo?" Yo respondi: "Aguarda, Pablo. No me tienes que decir senor, no soy tan viejo. Dime Fernando y tratame de tu. Te aseguro que eso no me molesta. Y si, eres bellisimo, muchacho". Por respuesta, Pablo me prodigo nuevamente esa bella y hechizante sonrisa misma del bus, y volvio a besarme en los labios; esta vez, sin embargo, me regalo un poco de su lengua, a la vez que suspiro breve y suavemente. Sus labios eran suaves y se sentian un tanto tremulos. Yo, a mi vez, rompi el hielo y tome su cabeza en mis manos y lo bese apasionadamente; nuestras humedas y calientes lenguas se encontraron a la vez que nuestros labios se engarfiaron. El chasquido de nuestro apasionado beso se mezclo con nuestros estrangulados suspiros de pasion y lujuria. Nuestros cuerpos se pegaron, y pudimos sentirnos los penes creciendo en nuestros respectivos pantalones. Cuando finalmente nos soltamos, nos vimos un tanto turulatos y sin aliento. Ya un poco mas en confianza, pasamos a la sala. Pablo me ofrecio de tomar, y yo acepte una Coca-cola. "Que raro, crei que me pedirias una cerveza o algo asi", dijo riendo. Yo conteste: "No, chulo; si supieras que no soy muy dado a beber". El respondio: "Eso es bueno; beber no deja nada bueno". "Aaaah. Eres de los mios", le dije, sonriendo picaramente. El rio de buena gana. Fue a la cocina y regreso con dos latas de Coca-cola, de las que me dio una. Asi mismo, tomo una bolsa de papas fritas que estaba sin abrir, a un costado del sofa, la abrio y la compartio conmigo. Me conto brevemente sobre el: era hijo unico. Su madre era una enfermera en uno de los hospitales de la ciudad. Debido a su trabajo, no podian pasar tanto tiempo juntos como querian; pero, pese a esto, parecia ser una madre amorosa y dedicada en la medida de lo posible, ya que el no paraba de hablar maravillas de ella y de todo lo bueno que habia hecho por el. "Y tu padre? Si puedo preguntar..." Pero al oir esto, Pablo se ensombrecio e inclino la cabeza tristemente. Respondio: "Murio en un accidente de auto cuando yo tenia 8". "Cielos, lo siento, amigo", respondi avergonzado y apenado, poniendo una mano en su hombro. Agrego: "Y lo que recuerdo de la ultima vez que lo vi es que nos habiamos peleado..." Su voz se entrecorto por la congoja cuando dijo: "... porque le dije que lo odiaba por ser un borracho y... no querer pasar tiempo conmigo,... y que no queria verlo mas...". Al decir asi, las lagrimas lo traicionaron e inclino la cabeza y comenzo a sollozar. Eso explicaba por que creia que beber no dejaba nada bueno. Me senti, por primera vez en mucho tiempo, realmente mal, como nunca me habia sentido por nadie. En mi egoismo de querer vivir aislado del mundo, nunca habia comprendido plenamente lo mucho que a algunas personas les puede hacer falta contar su historia. Conmovido, lo acune fuertemente entre mis brazos, mientras el dio rienda suelta a su pena. Era un cuadro realmente triste, como aquel joven adolescente, practicamente de mi mismo tamano, y todo gallardo, lloro como nino pequeno al recordar algo tan doloroso. Cuando se calmo, enjugue sus lagrimas y bese tiernamente su frente, mientras le decia: "Perdoname, Pablo; no debi obligarte a revivir algo asi". Me dijo: "No te preocupes, no tenias forma de saberlo. Ademas, no es algo de lo que me gusta hablar, pero no suelo tener con quien desahogarme. Ya ves que mi mama y yo no podemos pasar mucho juntos; y mis amigos serian capaces de mofarme si rompo a llorar como una ninita frente a ellos..." "Si te juzgan asi, entonces no son muy buenos amigos. Los hombres tambien tenemos sentimientos. Eso de que los hombres no lloran son puras pendejadas". Volvio a sonreir, y me dijo: "De veras no eres como la mayoria de la gente que conozco". Y agrego: "Y dime, cuantos anos tienes tu?". Ahora fui yo el que se ensombrecio un poco ante la pregunta; recorde mi predicamento de que me habia sentido atraido a rabiar por un jovencito adolescente, y me vi avergonzado de confesarle mi edad. "Estas bien?" me pregunto. Respondi: "Si, amigo; es solo que me da un poco de verguenza admitir que soy mas viejo que tu". "Por que?" "Pues... porque... tu eres un chico de 14... y yo soy un adulto... y me gustas tanto... y si alguien se llegara a enterar...", pause, no queriendo seguir el hilo de mi pensamiento. "Que?" insistio. "Quien sabe lo que me podria pasar... hasta a la carcel me meterian..." Me tom˘ de las manos y, mirandome fijamente a los ojos, me dijo seriamente: "Nadie tiene por que saber nada. Lo que pase entre nosotros, queda entre nosotros. Te lo prometo." "En serio?" pregunto, un tanto incredulo. "Claro que sĦ. Creo que eres la primera persona en mucho tiempo, aparte de mi mami, que me escucha y me pone atencion. Bueno, y aparte de mi primo Marcial..." "Tu primo Marcial?" pregunte; y el respondio: "Si. Es un primo mio, mayor que yo, que cuido muchas veces de mi cuando era mas chico; pero no lo he visto en unos 3 anos. Esta en la carcel". "Oh. Entiendo" "Pero dime, en serio, no me importa la respuesta" insistio mi joven amigo. "Cuantos anos tienes?" Un poco mas decidido esta vez, dije: "Treinta". Sorprendido, y acariciando mi cara, dijo: "Vaya; treinta. Pareces un poco mas joven. Cualquiera hubiera pensado que andas por los veintitantos". Sonrei timidamente y me sonroje al oir aquello. "Creo que me alegraste el resto del a¤o, querido", dije, en un tono suave y un tanto seductor. Le pregunte: "Oye, si no importa que te pregunte, te haces ya la paja? Me imagino que si, a tu edad." Conteste, sonrojandose: "SĦ". "Mucho?" "SĦ; hasta tres veces al dĦa. No puedo evitarlo; siempre me siento caliente." "Es normal, amiguito. Es cosa de la edad. Yo, en esa epoca, vivia como un macaco, pelando mi banana hasta cuatro y cinco veces al dia. Y ya botas leche?" "Si; mucha. Comence a hacermela como a los 11 o 12, pero eyacule por primera vez el ano pasado". "Ooooh, eyaculaste. Que cientifico, amiguito!" dije, riendo en tono bromista. Y el, sonriendo, a su vez, agrego: "Si; mi mami y yo tuvimos la charla de sexo mas o menos alrededor del tiempo en que comence a hacerme pajas; y fue muy sincera y directa conmigo. Me dijo que preferia decirme la verdad, y no que tuviera yo que descubrirlo inadecuadamente o por la mala. Y que no debia jamas sentirme avergonzado por disfrutar el placer sexual, con quien fuera, conmigo o alguien mas, siempre y cuando tuviera cuidado". "Si que es lista tu mami". "Y que te gusta de mi?" me pregunto, mirandome con esa mirada de ojos brillantes y llamativos que ya me habia robado la atencion en mas de una ocasion en lo que iba del rato desde que nos encontramos en el bus. "Pues... todo..." dije, sintiendome casi sin habla. "Eres bellisimo; pareces como un Dios griego, version adolescente; ademas, eres tan agradable y correcto. Eso casi no se ve entre los chicos de tu edad..." "Gracias. Y que mas?" dijo, a la vez que tocaba mi cara y, luego, deslizaba su mano sobre mi pecho suavemente. Esto me comenzo a calentar y me encontre con dificultad para coordinar mis ideas. Era una sensacion a la vez asustante y embriagante. "Eh... pues... parece que tienes buen cuerpo... eso me gusta mucho... y... y..." "Yyyy?" pregunto Pablo, deslizando la mano hacia mi paquete, el cual se habia comenzado a endurecer. Sin resistirme, puse mi mano sobre su paquete, que tambien comenzaba a levantarse, y dije: "Esto". Sin poder resistirnos mas, nos engrampamos nuevamente en un humedo, caliente y apasionado beso de lengua, a la vez que nos acariciabamos como locos, sentados uno junto al otro en el sofa. Esto parecio durar una eternidad. Era simplemente unico poder saborear a este delicioso ejemplar masculino, apenas maduro, pero tan cautivante. Y el, a su vez, se sentia llevado por un deseo inexplicable hacia alguien notablemente mayor y mas experimentado que el. En medio del ardor del momento, me quite la camisa, la tire al suelo e hice ademan de quitarle su franela; pero me detuvo y me dijo: "Espera, no; asi no. Debo oler mal, estuve haciendo deporte antes de vernos en el bus...". "No, no importa; hueles rico. Me encanta ese olor fuerte masculino a sudor", le dije, sin quererlo dejar ir. Esto le conformo, y me dejo quitarle la franela. Fue cuando pudimos admirarnos mutuamente, ya parcialmente desvestidos. El chico no parecia tener una sola gota de grasa en su cuerpo. Era delgado, espigado, lampino y con musculos bien definidos; hasta con cuadritos abdominales. Debo admitir que senti un poco de envidia por el en ese momento. "Dios, si que eres un Adonis, amiguito", espete. El me contesto: "Tu tampoco estas mal. Y me gusta que tengas pelos en el pecho. He visto tipos de tu edad que se ven ya gordos y malhechos, pero tu no. Haces ejercicio?" "Si" le dije con cierto orgullo. Y era cierto. No iba realmente a un gimnasio, pero aun asi me gustaba correr, montar bicicleta, hacer actividades exteriores y aerobicos siempre que me era posible. Mi cuerpo no era ni remotamente como el del ejemplar que tenia enfrente, pero tampoco estaba en tan mala forma para mi edad. Y, tal como el habia puntualizado, tenia un poco de vello en mi pecho. Tras admirarnos y hacer una breve comparacion mutua, procedi a ayudarlo a despojarse de los calcetines que aun tenia puestos y luego... luego... el momento sonado. Lenta y seductivamente, frotando su piel con la punta de mis dedos mientras lo hacia, lo despoje de su pantalon de deporte, debajo del cual no habia ropa interior, dejando al descubierto su pene. Era una verga enorme, gruesa, gloriosa, sin circuncidar, de un lindo tono rosaceo acaramelado, con un par de apetitosos testiculos, enormes, definidos y que se veia que colgaban bien bajo si estuviera de pie, y una cantidad adecuada de vello pubico de color castano claro. Ni demasiado que pudiera dejarme tragando pelos, ni muy poco que no pudiera jugar con el. Ademas, todo su aparato tambien contaba ya con escasos pelitos alrededor. "Tengo todo un hombre enfrente a mi, veo", dije, riendo levemente. Note que se ruborizo al oir aquello. Agregue: "Y tienes prepucio. Eso te la hace ver aun mas grande". "No creo" me contesto. "He visto a varios de mis amigos desnudos en las duchas del colegio, y no creo que tener prepucio haga nada al tamano". "Tu crees?" conteste, a la vez que me disponia a quitarme el resto de mi ropa. "Estoy casi seguro" respondio. "Bueno, a ver que te dice esto", conteste, procediendo a terminar de desnudarme. Cinco segundos m s tarde estaba frente a el como Dios me trajo al mundo. Se quedo mirando inquisidoramente mi textura promedio, mi vello corporal uniformemente distribuido, el escalo pelo pubico que tenia (porque me afeitaba por ahi) y mi pinga circuncidada que, flacida, debia medir unas 4 pulgadas y, parada, unas 6 o 6 1/2 , lo cual es un tamano por demas decente. La de Pablo, totalmente parada, resultaba mucho mas grande que la mia, probablemente unas 9 pulgadas. El chico era realmente dichoso en ese departamento. "Insisto, tu pene sigue siendo mas grande que el de la mayoria de los chicos que he visto en mi escuela. Y me gusta mucho mas" agrego, relamiendose los labios. "No sabia que se podia sentir tener un pene sin prepucio, y ahora lo sabre". Acto seguido, totalmente desnudos como estabamos, nos abrazamos y nos volvimos a besar. Entre el chasquido de nuestras lenguas, nuestros quejidos semiapagados y el roce de su cuerpo fuerte y lampino contra mi cuerpo medio peludo, nuestros palos empinaron automaticamente en cuestiones de segundos. Me sentia de su edad al estar asi con el. Bese y lami sus mejillas, orejas, cuello (al llegar aqui, lo hice estremecerse y soltar un gemido); luego, fui bajando; me di banquete con sus tetillas, que se encontraban erectas y enrojecidas, y esto lo volvia aun mas loco; temblaba en mis brazos. Lo fui acomodando sobre el sofa, e hice que se despatillara un poco, para que estuviera comodo. Levanto los brazos y me perdi entre sus axilas; me embriago ese potente olor a hombre sudado que tenian; las lami con pasion. Segui bajando; llegue a su area pubica. Bese y juguetee con aquella corta mata de brillantes vellos, y esto parecia estarlo llevando hasta el limite. "Oooh... Aaaah... Aaayyy... Que rico... Hummm... Me gusta como me lo haces..." murmuraba entre quejidos, a la vez que tragaba saliva y se relamia los labios repetidamente. Yo agregue: "Y ahora es que viene lo bueno, Pablito querido". # # # Escribanme a / E-mail me at : thedrmat@hotmail.com Capitulo 3, pronto / Chapter 3, coming soon.