Date: Sat, 5 Dec 2015 20:53:33 +0000 (UTC) From: Alejandro Fox Subject: Una tarde sin nada para hacer Una tarde sin nada para hacer Las dos de la tarde y un sol intenso de pleno verano. Kevin estaba sentado en el borde de la piscina pública, balanceando sus largas piernas en el agua. Pocas ganas le daban de meterse en aquella sopa superpoblada de bañistas,de chiquillos que gritaban, de mujeres gordas que flotaban como corchos. Recorrió con la mirada los alrededores y no vió a ninguno de sus amigos que habitualmente concurrían. Pero qué iba a hacer en casa..? le harían ordenar el cuarto, o hacer compras, eso al menos no era lo peor. Pero quedarse en casa significaba hastiarse. No le gustaba aquella piscina tan aglomerada, aunque era gratuita.y quedaba cerca de casa, podía ir caminando. Cuando no había amigos se sentaba en el borde y quedaba mirando los chapuzones y la algarabía que reinaba en torno suyo. Tampoco le gustaba el vestuario, cuando iba allí, a algún viejo cincuentón se le ocurría palmearle el hombro, demorándose en quitar su mano; u otro, que al cruzarse le dedicaba una mirada tan intensa que tenía que desviar su cara a un lado, cuando no había alguien que le guiñaba el ojo, o pasaba su lengua por el borde del labio. "Viejos perversos", se decía, pero sabía que atraía, y se sentía intimamente halagado, esa atracción de un adolescente aún niño sobre algunos hombres. Pero Kevin,y aunque lo parecía no era tan niño. dejó de serlo en parte, no hace mucho, cuando dando una vuelta por el gran mercado de frutas y verduras había conocido un muchacho indígena y entablado una curiosa amistad que los llevó minutos después a uno de los depósitos, un enorme y despoblado hangar. Allí, entre risas, juegos de manos, conversaciones sin comprender el idioma, fue cediendo y cediendo,y terminó acariciado, besado, y al día siguiente, follado por el muchacho de manera íntegra entre varias pilas de bolsas de arpillera, en un oscuro rincón del hangar. Fueron tan imprevistos aquellos momentos, que ni siquiera se tomó el tiempo para pensar si estaba bien o no lo que hacía. Instintos que salían de su vientre sin pasar por su cabeza. Había dejado sus medias en algún lugar entre las bolsas, pero no quiso más pasar por allí a buscarlas. El dolor que sintió a la noche en sus entrañas fue compensado con las nuevas sensaciones allí experimentadas. El aliento a alcohol que emanaba de la boca del indígena mientras lo follaba, le producía náuseas, pero el ardor con el que lo había tomado le había hecho alcanzar vibraciones insospechadamente deliciosas. Por eso fue que en los días sucesivos volvió a recorrer el mercado una y otra vez, pero del muchacho indígena no hubo rastros. Y recordando aquellos momentos no muy lejanos, tuvo dificultad en apaciguar la erección que se manifestaba en la tensión de su short de baño. No reparó en aquel hombre que se había sentado a su lado, mientras seguía haciendo olas en el agua con sus pies. Imitando la postura del chico, con las manos apoyadas en el borde de la piscina, comenzó también a balancear sus piernas en el agua, pero estas eran gruesas y peludas. "Tanta gente, no es verdad? Dan pocas ganas de meterse"... Kevin apenas movió su cabeza , mirándolo más bien de reojo... sí.. era uno de aquellos cincuentones, o tal vez algunos años menos, que le había clavado esa tarde su mirada en la nuca, y seguro más abajo, mientras se cambiaba en el vestuario. El chico se esforzó en contestarle amabemente: "uf.. tanto calor que me voy a meter igual". Le sonrió y se zambulló en el agua, nadó por debajo, sorteando los diversos cuerpos sumergidos, gordos , flacos, chiquillos. Emergió en la otra punta,en un rincón más calmo que en el que estaba." Seguro un viejo perverso"... y quedó flotando haciendo la plancha mirando el cielo. Comenzó a molestarle aquella quietud , " Y que tiene.. qué hay de malo... que uno de esos se acerque y le hable... que lo encuentre lindo a uno.. que tenga ganas de estar con uno.. es eso malo? Por qué no vuelve y se sienta donde estaba, al lado de ese hombre, y le habla ? O se iba a quedar allí haciendo la plancha por el resto de la tarde? Volvió a sumergirse y cruzando por debajo del agua el ancho de la piscina surgió adonde se había tirado, justo frente a las piernas peludas del hombre." Métase, uno se refresca igual.." le gritó. El tipo sonrió. Kevin nadó hacia la escalinata y salió del agua. Y por el borde de la piscina fue trotando hasta llegar adonde estaba y volvió a sentarse al lado del hombre."Métase", le repitió, "está buena el agua..". "Prefiero estar sentado aquí, al lado de un chico guapo",le contestó sonriendo. Kevin percibió al instante la dirección que iba a tomar aquel encuentro. Se sobrepuso a un vago temor,e íntimamente se sintió halagado. Miró de soslayo el cuerpo de aquel hombre. Casi de su misma estatura,ni alto, ni bajo,no había un rasgo que le llamara la atención, eso sí: mucho pelo, en las piernas, en el pecho, hasta su espalda estaba cubierta con un vello gris. Reparó en la mano, ancha, apoyada en el borde de la piscina, muy cerca de su muslo, el suyo era blanco y liso, seguramente lo que el hombre buscaba.. El corazón de Kevin latía sonoramente en su pecho. Y .. qué tal si jugaba un poco ..haciéndole ilusiones al viejo..y se dejaba levantar... El chico se puso a contestarle preguntas, a darle impresiones suyas, e iba notando que la mano del hombre había alcanzado a rozar su muslo,guardando aquel contacto con el dorso de sus dedos.Y los pies se chocaban con frecuencia, como por accidente, en plena conversación. Como consecuencia de esto le brotaba una erección que se esforzaba en reprimir, no quería que el tipo lo notara. La voz del hombre había cambiado, suavizándose, bajando el tono, sobre todo en la invitación a su casa,.. que quedaba cerca, que hacía más fresco allí, tenía videos buenos,también podían tomar algo, descansar un poco. Kevin se sorprendió a sí mismo al responderle, haciendo con sus manos el gesto de follar: " si es para hacer esto, me tendría que dar plata" dijo tratando de que su voz salga lo más neutra posible.El hombre calló por un instante. El chico había percibido un crecido bulto entre los muslos de su vecino." Y cuanto quieres... murmuró con un temblor en su voz. " No sé.. cien". El hombre suspiró:"Si te portas bien también puedo darte más", y le dió una palmada en el hombro.Kevin pensó que había ido muy lejos, pero era demasiado tarde para echarse atrás; que sería cobarde irse ahora, y su orgullo le ordenó que lo siguiera hasta el auto. De todas maneras...Qué iba a hacer? volver a casa y prender el televisor? Apenas en diez minutos llegaron al departamento. Kevin cruzó el living mirando los muebles y las paredes, y se detuvo detrás del ventanal que daba a un parque arbolado."Linda vista tiene usted acá". El hombre se acercó y se enfrentó al chico, tomándolo por los hombros."Escucha..me llamo Marco, soy divorciado y tengo hijos grandes. Me gustan terriblemente los chicos como tu, pero no soy ningún monstruo. Si tienes miedo me lo haces saber y te llevo enseguida a donde salimos. No quiero que te sientas mal". Kevin lo miró sin decir nada. La voz del hombre adquirió un tono más suave:"Dime qué quieres hacer por esa plata que me pediste,no creo que sea una costumbre tuya, pero igual, no tengo nada en contra de darte lo que me pides". "Lo que quiera" respondió Kevin levantando los hombros."Bien.. entonces primero desnúdate, pero no lo hagas como si tuvieras que cambiarte de ropa para ir al colegio, hazlo despacito como para que yo pueda disfrutar. Yo me quitaré la ropa también, para que veas un tipo peludo. Kevin se desvistió lo mejor que pudo, apilando la ropa sobre una silla. Cuando se quitó las medias recordó que esta vez no debía olvidarlas. Estaba nervioso.. en qué lío se había metido esta vez.. El hombre había corrido las cortinas del ventanal dejando al living en una semipenumbra. Y comenzó a desnudarse. Su verga ya erecta dió un brinco hacia delante al bajar su traje de baño. Fue hacia el chico y rodeó la cintura con sus brazos, afirmándolo contra su pecho. "Lo haces muy bien," le dijo al oído, "no es la primera vez , no es cierto?". Kevin no dijo nada. "Tienes una piel muy suave, como de chica... como a mí me gusta. Estás muy bueno.. Te gusta mi cuerpo peludo?.. sientes mi polla en tu ombligo? Vamos.. tienes miedo de mí? "No .." murmuró el chico. "Bueno, qué más puedes hacer..?" Tomó la mano del chico y la llevó a su verga, ya totalmente empinada, colocando los largos dedos alrededor" Si quieres aprieta un poco, me gusta tu mano". Kevin lo hizo y Marco suspiró, acariciando con más fuerza la espalda del chico, deteniéndose en sus nalgas."Quieres poner tu boquita.."?. "No.. eso no creo que me guste"."Bien. Y qué te gustaría hacer entonces? La voz de Marco cambiaba, cargándose de pasión." No sé.. coger". El hombre detuvo sus caricias. "Aparearte conmigo.. como para hacer hijos?..El chico respondió que sí con una risita nerviosa."Ya lo has hecho?" Y Kevin afirmó con la cabeza. "Ah,pillo.. pero es muy poco lo que pides por eso.Ven.." Y Marco le tomó la mano y lo condujo al dormitorio, contiguo al living. La cama era amplia y no estaba hecha, con las sábanas y frazada esparcidos en desorden. "Disculpa, pero no soy muy de hacer orden, ni de arreglar la cama cuando me levanto". Kevin se sentó en el borde y Marco se puso a su lado pegándo su cuerpo al del chico. Con un brazo rodeó su cintura. Buscó besarlo en la boca. Kevin apoyó la palma de su mano sobre el pecho peludo, a manera de rechazo, pero recibió el beso entreabriendo sus labios.Varios minutos." Ponte así" le susurró el hombre, asiéndolo por la cintura para tenderlo en medio de la cama sobre su espalda. Inmediatamente, Marco se instaló encima, buscando febrilmene su boca.Y ya no podía más, no soportó más estar afuera del chico,tan tentador... tan apetitoso... y cuando sintió que los muslos se separaban debajo de su cuerpo, buscó penetrarlo sin demora, suficientemente lubricado por el goteo que emanaba de su glande, ya hace un buen momento. No reparó en los quejidos que brotaban de la garganta de Kevin, se puso a follarlo sin misericordia, y debajo de él, el adolescente se movía, se debatía, y los quejidos se transformaron en suaves gemidos agudos. Marco acabó en las entrañas del chico, totalmente enterrado, pegado y mojado. "Creo que te mereces más plata de lo que me pediste",murmuró un buen rato después, y le sonrió al chico, que tenía su cabeza apoyada sobre el hombro peludo. Eran las seis, el auto de Marco se detuvo cerca de la entrada de la piscina pública. Al descender Kevin, Marco reparó en sus tobillos. "Ey chico, te olvidaste de las medias." Fin. Gracias por leer mi historia.Comentarios o críticas serán bienvenidos. Hacer una donación a este sitio contribuirá a mantenerlo.