Date: Fri, 24 Mar 2023 12:41:22 +0000 From: fffanatix Subject: La Casa de Campo 1 (bisexual/incest) Summary: A family lives an idyllic life on their getaway from the city. The story is in spanish language. Tags: Incest, F/b, M/g, impreg, creampie, cumshot, roleplay, twins, nudism, F/M/b/g. Disclaimer: This is fantasy, a world where love can be expressed physically and does not carry exploitation. I do not condone or approve any harmful act, abuse, rape towards underagers. Keep it in your pants and keep it to adults that mutually consent. Any feedback is always welcome, please write to fffanatix@protonmail.com. If this story has a positive reception I may edit and publish some of the others I have. --- Buenos Aires, Verano de 202X. Cerca del final de la década. Después de dos horas de viaje en la Amarok de la familia, desde la capital, finalmente llegamos a la casa a pasar el verano. La casa estaba a 20 minutos de San Miguel del Monte, Buenos Aires. Compramos una casa de una chacra y la recuperamos. En la carga de la Amarok llevamos todo lo necesario para pasar dos semanas o un poco más sin tener que salir de casa, y sin tener que molestarnos con ponernos ropa e interactuar con otras personas. En los asientos de pasajero iban los gemelos jugando y cantando, nene y nena. Adelante estaba conduciendo y mi esposa de copiloto. Dejamos atrás el portón y la cerca alta que nos aseguraban privacidad. Al detenernos frente a la casa, los gemelos, de edad de preescolar, se lanzaron fuera de la pickup gritando y sacándose la ropa, por fin. Detrás de los gemelos iba mi esposa retándolos por dejar la ropa tirada. El verano es muy caluroso en la capital, pero más pasable una vez que estás lo suficientemente lejos del asfalto. Así como nuestro matrimonio, nuestro departamento y la casa, inculcar el hábito sano del nudismo dentro de los límites razonables ha sido un trabajo arduo, pero con grandes recompensas. Disfrutaba mucho del contacto piel con piel con mi esposa cuando se restregaba contra mí, de forma consciente, y de los gemelos cuando jugaban sobre mi regazo o cerca mío de forma no consciente. Para ofrecer un poco de contexto, durante mucho tiempo tuve claro qué tipo de persona era y lo que quería. Después de mucho tiempo encontré a mi alma gemela y pudimos hablar sobre lo que deseamos para nuestro futuro y cómo criar a nuestra familia. Finalmente pudimos casarnos y fuimos bendecidos con un embarazo de gemelos. Una vez pasados los treinta es un poco más difícil, pero hicimos todo lo placentero posible la gestación. Tengo una nena de un matrimonio anterior y disfruto mucho el sexo con mi pareja embarazada. Los labios mayores y menores están especialmente hinchados y sensibles, la lubricación del canal vaginal se da fácil y los orgasmos son muy intensos para ambos. Los senos de mi esposa estaban especialmente hinchados de leche materna. La lactancia no se limitó a los gemelos y tampoco se limitó a la edad recomendada, todavía disfrutamos juntos como familia de la generosidad y el amor que mana de su pecho. Una vez que hubo dado a luz y después de recuperarse del parto, aunque menos tiempo del recomendado, volvimos a tener sexo. Cada vez que daba el pecho a uno o los gemelos, recostada sobre muchos almohadones, la penetraba hasta darle uno o más orgasmos intensos, y acababa dentro de ella o sobre su pecho y sobre los gemelos. Me excitaba especialmente cubrir a los gemelos con mi semen, aunque una vez que llegaron a cierta edad dejamos de hacerlo. Finalmente el hábito de lactancia derivó en tener a los gemelos encima o pegados a nuestro cuerpo y compartiendo calor mientras hacíamos el amor, en nuestra cama o en la bañadera. Sin embargo, todos estos hábitos los mantenemos de forma íntima y sin conocimiento del resto de la familia, por eso nos retiramos al menos una o dos veces al año lejos de la urbe. Tampoco de mi hija mayor, que está entrando en la adolescencia. porque ella no fue criada de la misma manera que los gemelos, y su madre es muy cuidadosa con los límites que ella tiene. Eventualmente ella elegiría por voluntad propia compartir amor físico con nosotros e incluirse a veces en el hábito de no usar ropa, pero eso es historia para otro momento. Aunque nuestros gemelos comparten amor y placer físico dentro de lo que sus cuerpos permiten y sus límites propios con mi esposa y conmigo. La otra mitad importante de nuestra relación son los juegos de rol, y los involucramos lo menos posible. En nuestra intimidad ella también toma el rol de mi “hija”, y mi mascota, aunque biológicamente tengamos la misma edad, y estamos convencidos, actuando bajo la premisa, que estamos emparentados. Durante los primeros años de matrimonio era común jugar a embarazarla y que me diera hijas-hermanas, vistiendo pollera de tartán y llenarle la vagina de semen para que fuera a clase ‘preñada’, o para alimentarla de semen después de un largo día en el ‘secundario’. Es común que actúe, con accesorios inclusive, como mi mascota en celo que necesita de su dueño para gestar una camada. Una camada hermosa que finalmente se manifestó en los gemelos. Ninguna de estas circunstancias se dieron como lo planeaba, pero durante mucho tiempo ansié y rogué por la posibilidad de tener una familia con la cual pudiera compartir el amor físico y el contacto con la piel. Entramos en la casa, descargue la pick-up y nos sentamos a descansar y merendar, la nena se había sacado la ropa y tenía solamente sus accesorios, unos collares y pulseras de cuentas de plástico de colores, y se sentó sobre mi regazo, frotaba sus nalgas y entrepierna contra mi regazo mientras sentía mareos de placer por el contacto de mi piel con sus piernas y su cuerpo. Frente a mí, el nene, avaro y glotón como su padre, chupaba del seno derecho de su madre, y ella, mi esposa-hija miraba, enrojecida del placer, bombardeada de sensaciones, la escena que compartía con mi hija mientras ella se masturbaba sintiendo el calor del cuerpo pequeño y delgado del nene. Explote en la espalda de la nena, y se reía, contenta. Giró su cabeza y me daba besitos, sin entender del todo lo que sentía, su espalda restregaba mi semen por sobre mi panza y mi pecho mientras estaba prendido a sus labios y a su boca. El nene apretaba los senos con sus manos y mi esposa respiraba cada vez más rápido hasta que alcanzo el orgasmo, abrazando y pegando a su cuerpo más y más a nuestro hijo que tenía una erección que no calificaba de otra cosa que adorable. Estábamos en el promedio físico, algo pasados de peso pero nos cuidamos lo necesario. Mi esposa-hija es mucho más baja que yo y muy estrecha. El parto fue complicado, pero pudimos superarlo juntos. Mi pene estaba por debajo de la media, pero era lo necesario y suficiente para que compartiéramos placer sin hacerle daño a ninguno. Finalmente recogimos, limpiamos un poco, y nos metimos en una bañera grande para lavarnos con el agua a temperatura ambiente. Los gemelos hablaban de todo y hacían preguntas y jugaban. Nos aseguramos que no fueran a incomodar o a ser muy obvios ante mi hija mayor que llegaba al día siguiente y estaba programado buscarla a la terminal de Monte. No pasó mucho tiempo sin que mi esposa demandara su parte de mi semen, y mientras los gemelos estaban en su mundo, se sentó a horcajadas sobre mí, deslizo mi pene hinchado y erecto dentro de su vagina y comenzó a cabalgarme. Nos susurramos las cosas que nos encantaba decir. Los ladridos, maullidos, suspiros y frases sucias que nos excitaban tanto. No me podía sorprender que quedara en estado en algún momento. Pero mientras hacíamos el amor en el agua con nuestros gemelos cerca, visualizaba e imaginaba que era el nene quien la preñaba, o que preñaba a una de mis nietas. Mi relación no se limita solo con la nena o con mi mujer. No soy indiferente al nene y a sus necesidades. A su edad ya sentía la confusa necesidad de placer en mi piel y en mis genitales. Recuerdo frotarme, desnudo contra mi cama sin saber qué era lo que necesitaba y lo que estaba necesitando alcanzar. Y siendo nuestro hijo, sé que su cuerpo y su psique se desenvuelve poco a poco en esa dirección. No me considero bisexual, pero me excita jugar con los gemelos, tanto el nene o la nena. Sé que partes de su cuerpo le causan un incipiente placer que aun su cabeza no procesa completamente y soy feliz causando ese placer y viendo jugar y estimular a su madre, mi esposa, y su hermana gemela. Soy feliz cuando lo beso, lo toco, lo acaricio, y sabe bien que nuestros juegos, y los juegos con su madre y su hermana gemela son únicamente dentro de nuestra intimidad donde podemos ser libres y podemos amarnos de forma sana e inocente. El nene es muy activo, cuando no es asertivo con el afecto que quiere de su madre, es asertivo con el afecto y el cariño que demanda de mí. Difícilmente tenga momentos más hermosos y llenaderos que el de dormir juntos los cuatro en la cama y despertarme con el amor de los gemelos, los besos hambrientos del nene y sus cosquillas o los besos gentiles y mimos de la nena. O ser seducido por mi esposa, hacerme perder los estribos y la posea en el momento y el lugar mientras los gemelos nos acarician o nos sienten jugar en medio de la modorra. Pasamos la tarde en el agua hasta que se nos arrugó la piel de los dedos y bajó la temperatura. Jugamos, cantamos, nos besamos y nos acariciamos con mis gemelos y mi esposa-hija hasta el agotamiento. Cenamos una tarta que trajimos entre las cosas de la comida y nos tiramos en la cama tamaño King a ver alguna película. El nene se durmió con un seno de la madre en la boca y mi nena se durmió entre mis brazos mientras mimaba su piel, su espalda, su cuello, y disfrutaba de su aroma y su cuerpo contra el mío y contra mi erección.