Date: Fri, 30 Dec 2022 21:08:02 -0700 From: Dan Moncada Subject: Padres e Hijos (gay, non-english, incest) Padres e hijos: 3 historias de navidad Navidad es un tiempo dónde todas las fantasías se cumplen, incluso las que involucran sexo desenfrenado entre padres e hijos.* ¿Les ha pasado? Historia 1. Hijo hambriento Me pongo de rodillas en cuanto entra silenciosamente a mí habitación, mi verga ya erecta por la emoción de lo que viene. Apenas hay luz, pero distingo su pectoral escupido y sonrisa seductora mientras se acerca a mi. Papá se soba el bulto bajo el pantalón de la pijama, hipnotizándome al liberar la verga gruesa y venuda a centímetros de mi rostro. Estoy temblando de morbo. - ¿Te quedaste con hambre, chiquito? - me dice grave mientras me embarra el fierro en la cara, labios, naríz. El precum está tibio y salado. Lamo el tronco y los huevos en respuesta, no me contengo. Huele fuerte, a sudor y hombre, riquísimo. - Te falto comer carne en la cena, pero déjame te ayudo, yo te cuido...- Papá me reduce a una boca que llenar, y excitado, yo trato de tragarme entera la verga caliente que me taladra. Me zumban los oídos y siento que me voy a ahogar, pero estoy muy excitado y no quiero parar. Me encanta el sabor y sus manos fuertes contra mi cabeza. A él le gusta ver los hilos de precum y saliva que me escurren de la boca cuando saca su tranca de entre mis labios, y dominante, me manda un beso mientras jalo aire y me limpio las lágrimas por el esfuerzo. Intento balbucear un agradecimiento incoherente, pero papá sabe lo que me conviene más y me corrige. - No hables con la boca llena - me espeta, y tras darme un bofetón delicioso con su verga, jala mi cabello para obligarme a abrir la boca y recibir el escupitajo en mi boquita, el cual me trago agradecido sin dejar de mirarlo. Escucho ruidos de familiares en el pasillo, pero no nos detenemos, estamos muy entregados. Cuando termina, papá llena mi boca de leche espesa. Me avisa con tiempo y yo, hambriento cómo estoy, me apuro a tragarmela toda. Él me ayuda a terminar la que me escurre en el mentón con sus dedos. Soy adicto al sabor, yo mismo hecho chorros mientras beso la verga babosa, lento. - Feliz navidad, hijo - Voy a responder, pero de nuevo otro bofetón de verga me calla. Esta noche buena mi boca está ocupada y no puedo hablar. 2. Papá seducido Paso saliva, incrédulo del morbo. No puedo creer lo que veo. ...¿Cómo es posible que su culo se dilate de esa forma?, ¿cómo le hace para tragarse mi dedo tan fácilmente?... Me lamo los labios involuntariamente mientras hundo de nuevo el dedo en sus entrañas tibias, cayendo preso de la tentación. ¿Es qué no tiene fondo? El agujero depilado me recibe con gusto, apenas enrojecido, mientras mi hijo se sujeta las piernas por los tobillo. Me mira coqueto, le gusta mi cara de bobo mientras admiro como su culo brilla con el lubricante. De vez en cuando él mismo se mete un dedo ensalivado sin perder la postura, y entonces me sonríe, animándome a seguir abriéndolo. Dios sabe que he querido resistirme, pero he caído redondito. Me ha provocado durante toda la cena, y al subir a su habitación, me invitó con la mirada a qué lo siga para seguir la fiesta nosotros. La familia no está tan ebria cómo él cree, es una locura. Igual no puedo dejar de mirar esos glúteos perfectos mientras sube las escaleras, llamándome. Cinco minutos después estoy entrando a su habitación, y como idiota, me congelo ante la mejor recepción del mundo. Apenas iluminado, mi hijo me espera desnudo con los musculosas piernas en el aire, el culo expuesto, listo para mí. - Abre tu regalo, papá- me dice hipnoticamente. Me vuelve loco la forma en que suspira cuándo entra mi dedo en él, sin prisas, provocándome. Nos miramos intenso cuando su culito se traga el segundo dedo, él con la boca abierta de gusto, susurrando sobre lo duro que estoy. Mi mente deja de funcionar cuándo tengo tres dentro de él. - Ya besálo, pá...- Y besarlo hago, cayendo de rodillas y olvidando todo mientras mi lengua aricia ese culote que me tiene loco desde hace meses. Mi hijo gime en la distancia mientras empuja mi rostro hacia su entrada, la cuál atiendo con pasión. Me obsesiona verla abierta, tibia, escurriendo, mía. Abajo están preguntando por nosotros, lo sé, pero no me importa y mi hijo lo sabe. - No te distraigas, papá, ésto es mejor - Le hago caso sin dejar de besar el ano cada vez más dilatado, no quiero otra cosa. Ven? Me tiene dónde me quiere, yo intenté resistirme. 3. Hijo enamorado Desnudo, todavía con el sudor en el pecho y el lubricantes en la gran verga, el padre piensa satisfecho que tomo 4 sesiones de besos profundos y sexo intenso para poner en su lugar a su hijo rebelde. Toma café con calma mientras hace el recuento. Las primeras tres veces fueron buenas. Inició a finales de noviembre, con una buena cogida en la sala, algo que el hijo malencarado y remilgoso había recibido bien. La segunda había sido buena culeada en la ducha, un domingo temprano. Había sido rápido, pero el hijo besó obediente la verga que lo acaba de abrir sin chistar. La tercera era algo más especial. El menor había besado al padre después de una buena velada, y apaciguado, le había llamado papi mientras el mayor le susurraba al oído obscenidades, su verga clavada en el culo. Lo habían hecho en la cama del padre un par de veces, suficiente para que el menor agarrara gusto a besarlo mientras le partían el culo. La relación había mejorado sustancialmente. La cuadra vez el cambio fue completo. Mientras lo montaba, clavándose la gran verga con avaricia, el menor gemía por lo bajo, absorto del mundo más allá del vaiven fuerte del padre que lo impalaba. La mirada sumisa y necesitada en el joven habían reemplazado las muecas impertinentes de antes, y en control total de la situación, el mayor continuo rompiendo su mente mientras le susurraba frases afectuosas, sus embestidas cada vez más profundas . Sin previo aviso, el mayor volteó a su hijo, y en cuatro, comenzó a taladrar su culo con máxima potencia. Sometido, el hijo recibía las estocadas con anhelo, sintiendo como la verga re-acomodaba sus entrañas. Tan lleno. Tan placentero, tan en su lugar. Fuera de si, mirando de reojo a mi padre, el menor FINALMENTE cayó. - Así... A-si, mi "amor", ah-ah...- El padre sonrió mientras lo nalgada a con fuerza. Lo había logrado. - cómo dijiste, nene? - - Q-que me gusta mucho, mi amor- repitió el antiguo rebelde, algo en su interior cambiando mientras su culo se dilataba un poco más, ambas manos separando los glúteos para seguir con la cogidota. El padre sonrió con el recuerdo, el sabor a culo en su boca mezclado con el café mientras regresaba a la habitación. Aún sudando, su hijo se apresuro a lamer las axilas de su padre, sus pies, la verga aún viscosa. No protestas, solo entrega. El padre sabía que su método nunca fallaba. En cuanto comenzó a bombear el culito del menor, este cambió el "papá" por "amor" sin siquiera darse cuenta. Estaba bien, pensó mientras su hijo pedía más verga contra la almohada, un culito en casa siempre es conveniente. Fue el mismo hijo enamorado quien me quitó el condón minutos después, y colocando sus pies contra el pecho del padre, le pedía a "su amor" que esa noche lo embarazara cómo regalo de navidad. -- Agradezco comentarios sobre cada historia a omarander50d@gmail.com. Su retroalimentación me ayuda a escribir historias que disfruten más. *Todos los personajes son ficticios y mayores de edad.