Date: Fri, 14 Oct 2022 10:40:56 -0500 From: David Maravilla Subject: Papá lo hace mejor (gay, non-english, incest) Papá lo hace mejor El hilo de precum y saliva escurrió por el mentón del menor en cuánto la gruesa tranca se escapó de su boca. Hipnotizado por la erección que el mayor mecía sensualmente frente a su cara, el joven apenas respiró antes de volver a capturar el fierro con sus labios, retomando la mamada sin siquiera limpiarse la baba. Por su parte, el padre iba a perder la cordura en cualquier momento. La visión de su hijo de 19 años hincado entre sus piernas con el hocico lleno de su verga iba a volverlo loco. La mirada suplicante del menor mantenía su erección a tope, haciéndole sentir una mezcla oscura de orgullo y morbo. El definido culo del menor no cabía en las manos del padre, quien lo agasajaba sensualmente entre los gemidos de su hijo, su propia erección temblando. Papá esperó hasta que los ojos del menor se cristalizaran entre jadeos para levantarlo, y con determinación, colocarlo boca arriba en el sillón de la sala familiar. Usualmente usaban ese sillón para ver televisión por las tardes; sin embargo, ahora servía para que el menor flexionara sus piernas atléticas, ofreciera acceso directo al culito juvenil y depilado. El mayor cayó de rodillas ante el palpitante orificio. Acariciando la entrada con el pulgar, Ricardo (el padre) gruñó complacido mientras su hijo suspiraba ante el estímulo, pasando abiertamente a gimotear cuando el mayor comenzó a comer el agujero sin piedad. Con los ojos entrecerrados, su hijo Rafa le miraba dilatar a lengüetazos el orificio, dando pequeños brincos cuándo su padre mordía sus glúteos. ¿Cuánto tiempo habían estado así ya? Se suponía que Rafa iba sólo iba a tardar unos minutos… -Estas temblando, nene … - susurró el padre mientras lamía el ano enrojecido, sus manos sosteniendo con fuerza los tobillos del menor - … ¿estas nervioso?...- -…n-nos va a escuchar, papá… me está esperando en la habitación para dormirse… – respondió entrecortado el universitario, su voz apenas audible. -… entiendo… – respondió Ricardo. Su tono era comprensivo, paternal; sin embargo, no dejó de besar el culo, hundiendo la lengua cada vez más profundo en las entrañas de su hijo. -... puede bajar en c-cualquier momento a buscarm-me …- balbuceó Rafa, sintiendo su propio cuerpo ceder ante su macho (padre, perdón!). -…si?… - ronroneó el padre, casi sonriendo mientras se erguía, depositando el pie izquierdo de su hijo contra el pectoral y el otro contra sus labios. Sin miramientos, Ricardo engulló lascivamente los dedos del menor. Incrédulo, el hijo perdió el habla al ver a su padre lamer con avaricia, la boca abierta y su verga dura. Ambos sabían que iba a suceder cuándo sus miradas se encontraron de nuevo. En silencio morboso, con su hijo asintiendo mudo con la cabeza, el mayor colocó su fierro chorreante contra el esfínter del menor e invadió las entrañas de su retoño. Ricardo se tragó los suspiros de su hijo mientras invadía su boca a besos, bombeando con una fuerza que hacía crujir al sillón mientras partía el culo del menor. Enrojecido, Rafael recibía a su padre con gusto, embriagado por las mordidas de su padre y el sudor que comenzaba a correr por su frente ante las embestidas. -.. e-estoy muy lleno, papi…- gimoteó Rafa, esforzándose por hilar oraciones entre jadeos. Ricardo sonrió sensual, excitado por la voz quebrada del hijo llamándole “papi”. -… sólo estas perdiendo el tiempo con ese noviecito…- respondió embaucador el padre mientras pegaba su frente con la del menor, la verga entrando y saliendo del culo - …por mi te irías a dormir escurriendo a diario, nene...- Seducido, el menor rompió los besos para reacomodarse, colocándose en cuatro en el sillón mientras se reclinaba y ofrecía el culo dilatado a su padre. Sintió el precum caliente mientras la verga pegaba contra el glúteo, deseando sentir la semilla de su macho dentro. El padre dejó detrás toda precaución mientras convertía a su hijo en una perrita complaciente, nalgueando el culo blanco mientras sujetaba la cadera del menor con fuerza. De vez en cuándo su mirada se cruzaba con la del menor, y entre sudor, le mandaba un beso prohibido en al aire. El mayor sabía que si seguían con aquello su hijo iba a quedar enamorado, la joven mente no aguantaría el placer brusco y el cariño paterno. Eso quería el padre, quebrarlo más para tener exclusividad de ese culo tragón y suave. El chirrido del teléfono interrumpió el aplaudir del pelvis del padre contra el culo de su hijo. Ambos dejaron que el aparato sonara varias veces mientras el menor abría sus nalgas para permitir al grueso falo llegar más profundo entre suspiros de aprobación. Fastidiado por el teléfono, el padre lo tomó con rapidez y sin detener el vaivén, se llevó el auricular al oído. -Hola, Marco, soy Ricardo – respondió seco el mayor, centrando en modular su voz mientras miraba el culo de su hijo tragarse con avaricia su fierro. -… errr, perdón señor, ¿está ahí Rafa…? – carraspeó nervioso su nuero, escuchándose incomodo del otro lado de la línea. -Sí, acá esta – siguió severo Ricardo mientras el menor se empalaba contra la tranca con los ojos cerrados, su mano derecha halando su erección. -… ah! uh, ok… Rafa dijo que iba a bajar sólo unos minutos, …puedo ayudarlos si necesitan algo, escucho ruidos abajo… – insolente, Ricardo sonreía orgulloso mientras clavaba a su hijo sin piedad, haciendo el sillón y al muchacho crujir al ritmo del bombeo. -Estamos ocupados atendiendo asuntos familiares, no hace falta que bajes – respondió el padre mientras salía del culo dilatado, causando un sollozo de Rafa. El hijo se desplomó en el sillón, sin aliento. Acomodándose en su sitio, el menor admiró a su padre contra la luz tenue. Tenía esa sonrisa tonta que volvía loco a su padre mientras veía la verga de su progenitor balancearse, dura y venuda. -Le voy a calentar algo de leche a Rafa, Marco. Estaremos en mi recamara. Duérmete, al rato te lo envío, bye – dijo Ricardo mientras acariciaba las nalgas del menor, quien respiraba pesado por la excitación. Besó a su hijo con pasión antes de colgar el teléfono, ya sin importarle si Marco escuchaba a su novio succionar la lengua de su padre. -¿Vamos por tu lechita, amor?- ronroneó Ricardo mientras tomada de la mano a su hijo y comenzaba a caminar hacia su recamara. -Sí, pa- dijo embobado el menor, su voluntad tan quebrada como su culo. Ricardo sonrió. Esta era su casa, podía hacer lo que quisiera… incluyendo preñar a su antes de enviarlo de vuelta con su mojigato novio al otro lado del pasillo. Marco no tenía oportunidad, Rafa sentía mariposas en el estómago mientras seguía a su padre, el sabor de su verga todavía en la boca y su erección tan dura que casi dolía. ----- Espero hayan disfrutado esta historia. Comentarios y porras son bienvenidos al correo: Omarander50d@gmail.com