Date: Fri, 22 Nov 2019 13:58:53 +0000 (UTC) From: d ap Subject: Cuatros Amigos, cap. 2 SEGUNDA PARTE LA PRIMERA VEZ Estimado, estimada lector (a), Nifty necesita ayuda para seguir adelante con este extraordinario web de relatos. Haga su donacion a http://donate.nifty.org/donate.html Poca acogida, al parecer, ha tenido este cuento. Veremos como sigue. La unica forma de saber si el cuento es bueno es a traves de sus comentarios. Hagamelo saber a traves de correo electronico. Es este capitulo y los que siguen, eliminare los acentos y otros caracteres que no se codifican bien. Si Camilo estaba fascinado con mi trasero, yo estaba fascinado con sus genitales, lo que da una idea de como podria seguir esta historia. Pese ello la historia no es lo que la obviedad indica. Debimos descansar, al menos era lo que yo necesitaba aunque no Camilo, pese a todo, tuvo la paciencia para esperar que yo recuperara mi aliento y pudiera seguir vivo. Si la fantasia de Camilo era mi poto, esta se empezo a configurar como mi fantasia propia. Nos acomodamos de modo que el, boca abajo, descanso su cabeza en mi hombro, podia oler su esencia, apoyado en la almohada podia ver su traserito levantado y el perfil de sus redondeces era una imagen sobrecogedora, excitante e invitadora. Me separe de el dejandolo boca abajo. Lo monte, puse mi pico entre sus orbes tal como el hot dog clasico y empece a moverme. Camilo abrio sus piernas. Era lo que yo esperaba. Este dispuesto chiquillo deberia esperar unos momentos. Mi pequeno amigo requeria de mas atencion para despertar definitivamente. Bese su cuello, su oreja fue presa de mi boca y meti mi lengua en el orificio de su oido -- Ooohhh! -- Fue su reclamo. Lo bese por mucho rato, su oido, su cara, su boca, su lengua se la atrapaba como a un caramelo y se la succionaba como si fuera de azucar mientras doblaba la cabeza espasmodicamente para cumplir mis exigencias de besarlo. Camilo era mio. Baje hasta sus hombros, siempre sintiendo su piel con mi lengua, luego, segui bajando; su columna, sus caderas, sus gluteos. Aplastandolo con mi cuerpo y resbalando paulatinamente hacia abajo hasta que mi cara estaba en su trasero, su hermoso poto. Meti mis manos entre sus piernas para sentir sus prietas bolas primero y luego su fascinante pico, pese a que mi objetivo era su agujero. Meti mis codos entre sus muslos sin mucha delicadeza y lo abri tanto como daban sus piernas. Nuevamente su hoyo se me presentaba a mis ojos como un trofeo que podia ser mio. Hundi mi lengua en su agujero, Camilo solo fue capaz de un largo, prolongado, ansioso -- ¡Fffs sshhjjj! Se lo lami ansiosamente, sin restriccion, pasaba mi lengua por su agujero como si estuviera banado de miel, me enloquecia el aroma calido a jabon de especias, la textura, la vision de ese ano y sus pliegues que se me entregaba sin restricciones, orificio calido que palpitaba a cada lenguetazo y que pulsaba cuando, rigidizando mi lengua, lo embestia para poder penetrarlo solo un medio centimetro. Volvi a la locura de lamerlo de arriba hacia abajo sintiendo las arrugas, ¡oh!, yo adoraba la sensacion de sentir en mi boca esa porfiada cavidad exquisita que se entregaba con tal servidumbre, que pulsaba como con vida propia y que pedia mas. Puse mis manos en sus cachetes y se los abri. Camilo respondio con la misma interjeccion que repetia recurrentemente... -- ¡ ¡OOOhh!!!, OOOOhh!!! --, a cada una de mis acciones linguales a su pulsante ano. -- Camilo, puedo... ¿meterte un dedo? --, le pregunte ansiosamente, imitando su pregunta de hace unos momentos. -- ¡Mmmja! -- Fue su respuesta. Habia suficiente saliva en sus partidura y agujero como para que brillara. Primero simplemente apoye mi dedo indice en la pequena boquita, que respondio con un espasmo que mas que de rechazo fue una invitacion a empujar un poco mas. Mi dedo fue acogido sin rechazo alguno hasta la primera falange, resbalo a su interior suavemente; la calidez de su interior fue estremecedora, lo retire un poco para repetir la sensacion de abertura que envolvia a mi dedo indice para volver a insertarselo ejerciendo mas presion esta vez, superando la primera falange facilmente y adentrarme aun mas alla. Camilo respondio esta vez con un -- ¡auuuch!! -- Que evidentemente era un acuse de dolor. -- Camilo, ¿quieres que te ponga algo de crema?, ¿mmh? -- ¡Sss... siii, por favor!!. -- Me incorpore rapidamente y fui a la pieza de mis viejos buscando ansiosamente la crema de manos de mi mama, no la halle pero si una locion para el cuerpo en la pieza de mi hermana. Fui rapidamente a mi dormitorio donde estaba Camilo tal como lo deje, boca abajo, con la piernas muy abiertas; me reubique como estaba primero, eche un buen poco del aromatico y espeso liquido en su raja, lo extendi por gran parte de ella y le masajee el hoyo unos momentos. Estaba fria y Camilo lo dijo (obviamente), -- esta fria. -- Ya se calentara, no te preocupes--. En la practica, todos mis dedos quedaron pringados de crema. -- ¿De nuevo?--, le dije. -- Si, pero suave-- fue su permiso. Volvi a sobajearle el hoyo con el dedo indice, le sugeri -- empuja tu esta vez hacia atras, asi se ira a tu gusto y ritmo, ¿si? -- recogio sus brazos que tenia extendidos y apoyo los codos en la cama, asi hizo palanca apoyado en ellos. Rigidice mi dedo esperando que se ensartara solo. Un empuje temeroso, por tanto cauteloso de su parte, hizo que su ano se abriera como una fruta, resbalo mi dedo hacia sus entranas llegando a penetrarse completamente en mi primera falange, se quedo alli un momento para acostumbrarse, senti que pulsaba un poco y mi dedo se ensarto un poco mas, esta vez no hubo protesta, solo un -- ohhhhh! -- de evidente placer. Miro hacia atras y aprecie su cara, tenia sus ojos cerrados, mordiendose el labio inferior, gozando lo que el mismo se estaba provocando. Camilo parecio haber descubierto que si pulsaba en su recto, la penetracion se hacia mas facil y estaba abusando de ello. De eso mismo estaba convencido yo. -- Cami, puja como si estuvieras cagando-- le dije. Asi lo hizo. Senti una presion desde su interior en contra de mi dedo como expulsandomelo, pero no retrocedi ni un solo milimetro. Cuando solto la presion su propia tripa me succiono el indice que llego esta vez hasta mas alla de la segunda, hasta casi la mitad de la tercera. -- AAAAhhhh!--, fue la chillona exclamacion de Camilo. -- ¡Sacalo un poquito, por favor, ooahhh! --, asi lo hice. Lo retire hasta casi sacarselo, aunque no completamente. Yo no estaba dispuesto a soltar a mi presa, se lo reinserte y esta vez se hundio con facilidad en su estrecho y apretado tunel. Camilo se retorcio exclamando -- ¡ffsjj... aggh!.... -- evidentemente con un placer que parecia no haber experimentado. Sali y empuje mas y esta vez se fue entero,... hasta la raiz del dedo. -- ¡OOahhhhh, oaa, oohh! Se lo extraje lentamente y volvi a sentir que su cuerpo me rechazaba el intruso dedo y rapidamente me lo evacuo. Volvi a meterlo obteniendo la misma respuesta de Camilo, un ahogado -- ffssouu--. Las paredes de su recto parecian reaccionar con vida propia, pulsaban locamente haciendo que Camilo se estremeciera y agitara incontrolablemente. Se lo deje alli. La calidez y estrechez de su tunel eran abrumadoras. Hice rotar lentamente un poco mi dedo insertado obteniendo de Camilo un -- ¡aa, que rrico, mmarico...ooon, que rrriiiiiiicccoooooo! Su insulto solo me dio mas animo, -- que cueva mas rica, cosita rica-- le dije haciendome grosero. Esta vez movi mi dedo hacia delante, tocando un cuerpo duro que senti mas alla de las paredes. Camilo se estremecio violentamente, practicamente saltando. Un aullido se escapo de su garganta. -- AAAAgghh, riquisimo!!!, ¿que me hiciste?, ¡ ¡ ¡eso fue increiiiiible!!!-- repeti el movimiento arrancando los mismos resultados. Con un poco en la perversion, se lo saque para esta vez agregar mi dedo medio que hizo el camino sin resistencia alguna, solo acogiendomelos con evidentes muestras de placer. Volvi a mi practica de flectar mis dedos encajados profundamente en sus entranas. Camilo jadeaba a cada presion que hiciera sobre su prostata. -- Camilo, te... te... puedo... mmm,... ¿culiar? -- Si, si, -- fue la ansiosa respuesta. Bajo sus hombros y quedo con el trasero levantado. La vision me arraso de erotismo. Su respirar pausado y lento me parecia una ofrenda. Le extraje mis dedos, tome la botella de locion y eche un poco en mi pico que babeaba sus jugos. Me coloque sobre el, tome mi verga y trate de ubicarle el agujero, mi ansiedad e inexperiencia eran una dificultad frustrante. -- ¡Ayudame!-- le dije. Camilo echo su mano hacia atras, me agarro el resbaloso pico, se lo puso a su entrada y me pidio que empujara. Lo hice, una resistencia ligera, logre ponerme en el angulo correcto luego de tres o cuatro intentos y la cabeza de mi pico entro a medias. -- ¡Ohhh! --, fue su respuesta, empuje un poco mas vigorosamente y esta vez la cabeza de mi verga se alojo en la entrada. Podia sentir que todo el anillo de su ano se abria gloriosamente y me apretaba con fuerza pulsante, placenteramente. Quedaba todo el resto y la tarea aun era vencer toda la resistencia que me ofreceria su esfinter anal. Fui empujando lentamente hasta que llegue a tener toda la cabeza y parte de mi vara dentro de el. -- Para un poquito, Marcelo, ¡por favor!, ¡para un poquito!!, ¡ay!-- me detuve en mi embestida, deje que se acostumbrara. Senti que hizo un esfuerzo con su intestino como si pujara. La oleada muscular de su esfinter me apreto enviando en mi una sensacion deliciosa, como si un punito apretara mi pico, el que se hundio lentamente solo un poco mas. -- ¡SSSfffhhhh! --, fue mi respuesta y al unisono la suya. Los primeros cinco centimetros habian conquistado ya un terreno que ya no ofrecia ninguna resistencia. Es mas, parecia que con cada pujo que ejercia Camilo dejaba mas espacio a la deliciosa invasion de sus entranas con el primer pico que se le metia en su hoyo. La penetracion se hacia mas profunda y la lentitud de la misma, mas que resultar dolorosa era, por el contrario, cada vez mas placentera y excitante, tanto para mi, como al parecer lo era para Camilo, que apretaba desesperadamente las manos contra las toallas en que estabamos echando este asombroso polvo "premier". Sus caderas reaccionaban empujando hacia delante y hacia atras haciendo aun mas facil la entrada. Pronto estuve completamente dentro de Camilo, All the way, man!! Estuve alli encajado profundamente, presionando para llegar aun mas adentro si cupiera; Camilo solo reaccionaba espasmodicamente con movimientos restringidos por la presion de mis 54 kilos mas la fuerza con la que lo estaba clavando. Lo saque solo un poco, obteniendo de Camilo un -- ¡ooopsssjjff! -- Que se convirtio en un -- ahhh-- , prolongado conforme lo volvia a penetrar. -- Camilo, ¿te gusta? -- le dije entrecortadamente. -- ¡Huuuuyyy, si!... ¡es riquisimo!, Marce, Marce... culeame despacito, por favor, sacalo y metemelo despacito, por favor--, mas que una peticion, me parecio un ruego. Se lo empece a retirar, hasta casi sacarselo, y luego rehice el camino, las estrechas paredes de su tripa parecian envolverme la verga para dejarme paso, vencer la resistencia de su esfinter y adentrarme gloriosamente en su mas profundo tunel de placer. Con cada empuje Camilo parecia mas excitado y complacido, sus roncos gemidos asi me lo indicaban, esta vez se lo retire casi completamente hasta casi salirme. Empuje con fuerza y decididamente arrancando de Camilo suspiros y gemidos; empece a acelerar mi ritmo, no habia quejas de las entradas cada vez mas aceleradas y profundas, hasta llegar casi la brutalidad. Ya empece a culearlo francamente. Rugio apretando sus dientes mientras recibia una brutal andanada de rapidas y violenta intrusiones a su recto. Ralentice mi copula, agitado como carrerista, repetia -- Camilo,... Camilo,... Camilo,... ooohhh,... Camilo, -- se me escapaba de la garganta con cada embestida. Sintiendome cada vez mas cerca del abismo. Llegue al borde del mismo y salte... -- ¡ ¡AAAAAAhh!!-- fue mi grito con todas mis fuerzas. Le inunde las entranas con mi liquido, agregando mas lubricacion a su tunel, empuje brutalmente para llenarlo de mi liquido caliente en lo mas profundo de su recto. Y colapse. Cai como desmayado sobre su cuerpo, aplastandolo con todo mi peso. Camilo solo respiraba agitadamente. -- Rico, rico, rico-- era todo lo que yo podia decir, con palabras entrecortadas y balbuceantes. -- Me culiaste rico, maricon, maricon rico, ohhhh -- No me importaron sus insultos. Mi pico se fue ablandando dentro de su tunel y se fue saliendo, para llegar un momento que su esfinter, en una tardia represalia, me lo expulso limpiamente. Me deje caer de el. Respirando dificultosamente aun embargado por el placer de la fantastica sensacion de haberme culeado a mi amigo. Luego de un rato, pude mirar a su trasero que ya estaba cerrado, pero un amasijo de crema, caca y semen, asi como en mi pene ya vencido, me hizo exclamar un -- ¡uuuhhh!, ¡mira!-- Camilo, puso cara de sorpresa y se toco su ano para darse cuenta que alli tenia esta inusual mezcla. Poca atractiva verdad. Fue al bano, supongo que se limpio el poto, trajo papel higienico y sacando un poco y me paso el resto a mi. Saque un pedazo y me limpie, una mancha amarillenta quedo en los papeles. Nos largamos a reir. -- ¡Te saque caca, weon, ja, ja!-- Camilo igual rio y algo de azoramiento aparecio en su cara, lo que trate de resarcir plantandole un beso sonoro en sus labios, agregandole un lenguetazo. -- ¿Te gusto, Cami? -- ¡Siii!, fue bacan, lo tenis rico, weon, super rico, y me lo hiciste fantastico, ¡ ¡me culiaste rico!! Yo estaba exhausto, (sin embargo sabia que era el turno de Camilo). Lo delicioso que parecia haber sido para Camilo era algo que me incitaba a experimentarlo de la misma manera. No tardo en pedirlo -- Marce, ¿te puedo culiar a ti? --, me dijo mientras le miraba el pico del que se desprendia un hilillo baboso. Me miro con ansiedad y yo solo movi la cabeza afirmativamente, mas por cumplir que con la conviccion de seguridad de sentirlo realmente. Sus hermosas trencitas parecieron revolotear. Yo empezaba a sentir temor por mi poto y temia que podia ser doloroso. Pero me reasegure pensando que si a Camilo le habia gustado tanto, quizas debiera ser rico. De modo que disipe todas mis dudas. De todas maneras podria detenerlo si fuera necesario... De modo que disipe todas mis dudas. De modo que disipe todas mis dudas. Demodoquedisipe ¿todas?misdudas... Fui directamente a su pico con mi boca. Se lo chupe lamiendole ademas la cabeza para quedarme con sus gotitas de deseo. Camilo tomo el almohadon de la cabecera de la cama y lo acomodo al medio. Yo adivine de inmediato a donde iban todos estos preparativos. Me abrazo tiernamente pegando su boca a la mia, cerre mis ojos y lo deje hacer, aunque muy atento a que usara locion para todo lo que viniera, ¡no era cosa que me plantaran un polvo y que me doliera!, menos en mi primera vez. Senti que su mano se deslizaba por mi torso, mis tetillas, mi vientre y que su mano completa me agarraba el paquete completo, con bolas y todo. La ereccion se me vino encima a raudales. Lo senti estirar la mano y escuche el blop blop de la botella de locion lo que me daba un poco mas de confianza en lo que vendria. Me solto de su abrazo y lo vi maniobrar con la botella para echar una gran cantidad del viscoso liquido en su mano ( ¡Aun mas!, oh, my god, ¿a donde queria llegar?). Me dio vuelta, se ubico entre mis muslos haciendo que abriera mis piernas. Planto directamente su mano con crema en toda mi grieta trasera, el frio del liquido hizo que me estremeciera pero no reclame. Senti que su dedo, la verdad no se cual exploraba entre la crema excesiva que propino hasta que dio con lo que buscaba. Maniobro alli un poco. Tomo uno de mis mejillas traseras y dijo obscenamente -- Tan lindo que tenis el potito, parecis mina, ¡cosita! --, al mismo tiempo que hundia un poco su dedo en mi ano. La sensacion de invasion a la entrada de mis entranas fue placentera, me sorprendio un poco lo que manifeste con un -- oh-- , mas bien de sorpresa antes que de placer o dolor. Camilo no dijo nada, solo continuo alli y empezo a flectar su dedo alli a la entrada, esta flexion hizo extranos resultados, mi agujero cedio a la presion y se me empezaron a producir sensaciones que me hicieron apretar el poto y soltarlo, como con ganas de ir al bano pero sin querer abandonar el resto de los efectos: puro placer. Decidi ayudar a Camilo, me tome los cachetes yo mismo, me las abri y espere que mi precioso atacante me terminara de hacer lo que ansiaba (y yo tambien). -- Montate sobre la almohada, Marce-- me dijo. Asi lo hice y en el moverme al altar en que seria ofrecido a los dioses se salio su dedo. Quede boca abajo con mi pelvis sobre la almohada, con las piernas muy abiertas, el poto parado, encremado, y mis manos abriendome mi propio trasero, me senti algo indigno, pero deseaba entregarme. Deseaba ser poseido, penetrado. Queria que Camilo me culiara. Esta vez Camilo hizo uso de otro dedo, lo senti claramente mas grueso, lo que me hizo contraer el hoyo, solo para sentir que la casi involuntaria contraccion habia logrado que se expandiera mas el camino para el delicioso invasor de mi palpitante ano. La sensacion de placer que me embargo fue sobrecogedora. -- ¡AAAaahhhhh! -- Fue mi respuesta. Camilo asi lo comprendio y flecto su dedo nuevamente para vencer todas la resistencias que le ofrecia mi esfinter, la estrategia daba sorprendentes resultados, senti que entraba inconteniblemente, hasta que me lo tenia encajado entero, hasta la raiz, tal como yo lo habia hecho. Si de mis temores quedaban ya solo unas cenizas, estas se reavivaron rapidamente para descubrir que la sensacion de algo mas grueso que el dedo menique de mi depredador metido en mi culo era inenarrablemente mas exquisita. -- OOOO...hhhh.... Cami... de nuevo, por favor. De nuevo--. El cabro culiao me hizo caso, pero no del todo. Saco su dedo completamente, y me volvio a atacar mi entrada posterior. Forzo mi agujero esta vez con lo que yo adivine eran dos dedos. Volvi a contraerme, para obtener los mismos resultados que anteriormente, los dos dedos se adentraron sin mucha dificultad, aunque senti que las paredes de mi esfinter debian luchar contra algo el doble de grueso. -- Despacio, Cami, despacio, por favor-- le dije. -- Te los voy a dejar ahi, haz lo mismo que yo, hace fuerza como que vai a cagar--. No dije nada, solo estaba reuniendo el valor para hacerlo, la sensacion de estar muy abierto entre dolorosa y placentera era intimidante pero ¡tan seductora! Efectivamente, aprete mi vientre y puje. Cuando me relaje, la entrada fue allanada y nuevamente los dedos traspasaron la lineas de defensa de mi esfinter. Con alivio senti que me retiraba uno de los dedos y el maldito me presiono la prostata. -- OOOOOuuuoch! -- El aullido que se me escapo, con cada presion a mi punto G me arrancaba gemidos que escapaban del fondo de mi garganta. Mi abusador no cejaba, empezo a meterlo y sacarlo con un compas enloquecedor. Mi pelvis reaccionaba sola a las oleadas de placer que me invadian y que se conectaban a los centros del goce de mi cerebro y mi espina dorsal. Camilo me retiro su dedo, se acomodo sobre mi espalda declarando -- Marce, te lo voy a meter--, solo movi la cabeza afirmando. La ansiedad (y algo de temor) no me dejaron hablar. Senti su peso, y la busqueda de mi ano con la cabeza de su pene. Lo encontro rapidamente, presiono un poco y senti que mi agujero se abria para acomodar la gruesa cabezuela. Si los dedos aquellos habian sido expansivos de mi esfinter, esta cabezuela del pico de Camilo fue abrumadora. Se detuvo, evidentemente para que me acostumbrara y luego de unos momentos, empezo a avanzar. -- Puja como que cagai, Marce, ¡puja....!-- , lo hice, repetidas veces, la sensacion de sentirme tan abierto, mas la presion que le ejercia mi recto, mas la inexorable entrada me tenian fascinado, la mas aplastante sensacion que hasta ahora hubiera experimentado. Estaba teniendo tantas hasta ahora que solo deseaba ir por mas, como un adicto. Camilo retrocedio un poco y sin tregua, llego hasta los limites de mi esfinter. Eso fue todo para mi virginidad anal. Camilo se hundio en mi continua y definitivamente llevandome a un espacio de placer jamas antes experimentado, lo que me enmudecio. Solo deseaba que se repitiera la experiencia, que lo hiciera todo de nuevo. Desde el principio. Quizas se lo comunique a Camilo con mi cuerpo. Quizas adivino mi pensamiento. Quizas el queria lo mismo. Lo extrajo casi todo, lentamente, esta vez mi esfinter reclamaba el abandono, y trataba de sujetarlo para que no se fuera. De hecho aprete mi culo para sentir su increiblemente rico pene, para acariciarselo con las paredes de mi mas secreto lugar. No lo saco del todo, mi ano estaba dilatado, entregado. Camilo empujo sin resistencia alguna y nuevamente la estremecedora sensacion se adueno de mi. -- Aaaaaahhh, ¡que cacha Cami, que cacha mas riiicaaa!, oooooaa! -- le dije conforme sentia que me iba abriendo para darle paso a la deliciosa, dura y rigida carne que me penetraba. Cuando se alojo de nuevo completamente en mi (All the way, man!!) solo queria retenerlo, Camilo se quedo alli sintiendo las pulsaciones de mi recto en torno a su vara que, estoy seguro, le enviaban oleadas de placer a todo su cuerpo, puesto que lo sentia estremecerse... -- Marce, Marce..... Creo que voy a acabaaaarrr... -- ¡ ¡Noooo-- , fue mi respuesta -- no seai maricon, sigue un ratito, aguantate, maricon!!!.... oooohhh. -- ¿Te gusta?, Marcelo lindo... te... ¿te gusta de verdad? -- su voz delataba urgencia y ansiedad mientras se balaceaba profunda y rapido dentro de mi. -- ¡Si, si, si!... si... ¡es ricooooo! sigue un poquito mas, por favor. -- rogue. Camilo parecio recuperarse de su desesperacion de acabar ya dejandome como nina a la espera de un inminente orgasmo. Retrocedio y lo ajusto de nuevo provocandome las mismas sensaciones de gemidos y reclamos. Empezo a acelerar su ritmo, casi lo sacaba y me lo volvia a hundir. Cada vez que me lo metia era delicioso como apartaba mis paredes sin piedad. Al borde del paroxismo, lo escuche. Acelero al maximo sus embestidas, y... -- ¡ ¡UUUUUUaaahhhhhh!!!!! Y me dio un tal empujon que senti como si me metiera el pico hasta mi vientre. Su pene pulso dentro de mi innumerables veces, mientras me aplastaba deliciosamente. Sabia que cada pulso que me enviaba a las tripas era un chorro de esperma que inundaba mi tunel. Alli me lo dejo profundamente encajado. Yo solo gozaba esa presencia y apretaba y soltaba mi poto para aumentarle el placer, si mas cabia, en sus sensaciones. Estire mis manos hasta su poto y le acaricie las mejillas. Lo sentia resollar como un animal tremendamente cansado, exhausto. Senti que su pichula se escurria fuera de mi como una serpiente que huia. Luego de un rato -- Este... Camilo... ¿podriai bajarte?, me estai aplastando-- le reclame, la verdad es que me estaba dejando sin respiracion. Se dejo caer a mi lado en un esfuerzo que me parecio sobrehumano. -- Rico, ¿verdad? -- le dije. Con sus ojos apretados, respirando aun dificultosamente, solo movio la cabeza levemente afirmando. -- Marce, yo... mhh-- aun con la voz murmurante -- yo, yo... te qui... ehhh... te quiero. -- Camilo, Cami... yo, tambien te quiero--, le dije en respuesta, ni tan convencional, es que asi lo sentia. Recuperandose lentamente del orgasmo acaecido recien, Camilo abrio sus ojos para mirarme dulcemente. -- Marce, yo... yo... no solo te quiero... creo que es mas... te...te amo...-- me dijo con un hilo de voz. Solo lo mire en tanto sentia que algo escurria desde mi ano hasta mi escroto. Sabia que era. Pese a ello escuche pasmado la declaracion de Camilo. Una incontenible emocion me invadio. Una emocion que hicieron que mis ojos de trece anos (y medio) se pusieran humedos y que temblara mi barbilla y aun mis labios. Una lagrima se me fue por el costado de mis ojos que corrieron por mis mejillas como a un estupidisisisisimo crio de cuatro anos. Eramos aun ninos para aquellos estandares. Habiamos tenido sexo de maricones y he aqui que nos estabamos enamorando el uno del otro hasta confesar que nos amabamos. -- Camilo--, le dije... -- Yo, yo... te amo tambien. *** Comentarios: dap_cl@yahoo.com