Date: Sun, 9 Apr 2017 20:35:44 -0500 From: Santiago Chona Subject: Historias de una vida gay - Chapter 3 - Gay, Non-English Estas son historias que seguramente muchos han vivido es posible que te sientas identificado con alguna de ellas, si sientes que es ofensivo, no lo tomes personal y simplemente no continues leyendo la historia; hay muchas otras por escoger. Mi nombre es Santiago y actualmente tengo 35 años soy gay pero aún sigo en el closet, quizas porque por mi trabajo es díficil reconocer mi orientación sexual ante todos sin que esto me perjudique así que prefiero mantenerme anónimo. Estas historias resumen algunas situaciones por las que he pasado, espero les gusten. ***************************************************************** Historias de una vida gay - Capítulo 3 Era una tarde de vacaciones muy calurosa, Arnoldo y yo estabamos con otros amigos en la parte de atrás de una camioneta que era de los papas de uno de mis amigos. Simplemente aburridos y pasando el tiempo, hablando de tonterías y riendonos de cualquier cosa. El calor era desesperante, así que mis amigos empezaron a irse para sus casas; querían ducharse o ir a la pileta para refrescarse Arnoldo y yo nos quedamos en la camioneta, simplemente cansados el sol brillaba al máximo y no queriamos salir de allí. Comenzamos con nuestros juegos a pegarnos en el pene y a molestarnos; sin embargo rapidamente me di cuenta que Arnoldo tenía una gran erección y obviamente a mi también se me paró. Los dos estabamos en pantaloneta así que con un movimiento rapido le meti mi mano a Arnoldo por debajo de la pantaloneta, y agarrandole el pene con fuerza, le dije: "Se nota que tienes ganas jajajajajaja" El sin disimular ni un poco me dijo: "Quieres ver ?" "Si claro", le dije y bajo su pantaloneta exponiendo su gran erección debajo de sus calzoncillos , a mi se me hacia agua a la boca, lo tenía muy grande; y sin pensarlo comence a acariciarlo por encima de los calzoncillos, lo tenía muy duro parecía que estuviera a punto de reventar. Se lo masajee de muchas formas y el simplemente se recostó y se dejó, lo estaba disfrutando, el placer era mutuo. Yo era feliz consitiendo su gran pene y viendo su cara de placer. Desafortunadamente toco detenernos, escuchamos voces afuera de la camioneta, Arnoldo subio rapidamente su pantaloneta y se incorporó de manera que su erección ya no era notable. Entro a la camioneta Carlos, otro amigo, nos pregunto que haciamos, le dijimos que nada, se quedo con nosotros y no hicimos más nada. Pasaron varios días, sin que pasara nada más. Hasta que finalizaron las vacaciones. Y de nuevo al colegio, Arnoldo estudiaba en un colegio diferente al mio. Yo llegaba más temprano y hacía mis tareas; el llegaba unas horas después. Me encantaba verlo llegar, yo salia al parque a esperarlo, siempre que el llegaba, yo estaba en el parque jugando, nos veiamos y nos saludabamos me encantaba verlo en su uniforme del colegio, se veia espectacular. Una tarde me dijo que lo acompañara a su casa; el estaba solo, sus padres habían salido. Una vez en su habitación, se desvistió para cambiar su uniforme al quedar en calzoncillos se quedo mirandome y me pregunto que si tenía ganas de tocarselo, no lo dude un segudno e inmediatamente se la comencé a acariciar por encima del los calzoncillos, la tenía muy dura, como me gustaba cogersela. Me tomo del pantalon de mi uniforme y me lo quito y comenzó a hacer lo mismo que yo le hacía, me acariciaba sobre mis calzoncillos. Yo estaba muy excitado también, así que el placer era mutuo; luego baje sus calzoncillos y tome su gran pene erecto en mi mano y comencé a masturbarlo, el hizo lo mismo, y sentados el uno al lado del otro nos comenzamos a dar placer juntos. No podía creerlo, estaba masturbando a Arnoldo y el me estaba masturbando !!!, era un sueño hecho realidad. Ese día me vine primero, a Arnoldo no le importo y seguia jalándomela, como queriendo exprimir hasta la última gota de mi semen. Despues de la pausa que causo el orgasmo, continué mastubandolo, el tardo 5 minutos más. De un momento a otro, su pene se puso más duro, y sentí como desde su interior comenzaba a bombear esos chorros de semén que salian por su pene y sin control, yo continuaba masturbandolo, el estaba muy excitado, sin embargo creo que fue suficiente porque quito mi mano de su miembro, mientras se recomponía. Tome papel higienico y cuidadosamente lo limpie, mientras que el acostado en la cama, sonreia de placer. Nos vestimos y seguimos conversando como si nada hubiera pasado, como los dos buenos amigos de siempre. A partir de ese momento, nuestra sesión de paja se volvío diaria, el siempre buscaba una excusa para ir a mi casa, ya que yo permanecia solo toda la tarde. Tan pronto llegaba, nos encerrabamos en mi habitación nos bajabamos los pantalones y comenzabamos a acariciarnos y después a masturbarnos. Nos gustaba mucho, pajearnos el uno al otro era la actividad diaria que no podía faltar en mi rutina. Me encantaba verlo en cazlzoncillos, era feliz acariciandole el pene o besarlo por encima de sus calzoncillos y el lo disfrutaba mucho. En una de nuestras sesiones Arnoldo me pregunto que si quería chuparselo; a mi me dio asco al principio y no quise hacerlo, sin embargo el me insistia y me decia que estaba limpio, que se lo habia lavado antes de ir a mi casa, así que accedí, metí su pene erecto en mi boca, con un poco de desconfianza y después con mucho placer. Fue así como a mis 14 años por primera vez me comí un pene; me gustaba mucho chuparselo, el se excitaba mucho, sin embargo el no se quedo atrás e hizo lo mismo conmigo y yo disfrutaba muchisimo. Nos acostabamos uno al lado del otro, pero el con sus pies en mi cabeza y yo con los mios en la suya, de esa forma quedabamos a la altura del pene del otro; y nos chupabamos los penes al tiempo, ya después aprendí que eso es lo que llaman el 69. Gozabamos mucho, toda la tarde, masturbandonos y chupandonos los penes. Todos los días haciamos lo mismo, era muy raro que no lo hicieramos. Con Arnoldo conocí el sexo entre dos hombres de la forma más sana; me gustaba y reafirmaba mis gustos. Duramos más de un año haciendo lo mismo, el era feliz y yo también. Los sábados que no estudiabamos, yo iba a la casa de él, lo encontraba siempre acostado viendo televisión en pijama bajo sus cobijas. La mama de Arnoldo me hacía seguir y una vez en la habitación de Arnoldo yo me sentaba al lado de su cama y veiamos televisión juntos, la mama ocasionalmente entraba a la habitación y nos ofrecia algo de comer. Yo corría riegos y cuando la mama estaba ocupada en la cocina, es decir, lejos de la habitación de Arnoldo, habilmente deslizaba mi mano por debajo de las cobijas de Arnoldo, agarraba su pene y lo comenzaba a masturbar, a él le gustaba mucho, y bien erecto disfrutaba de la paja que le hacía, no disponía de mucho tiempo así que normalmente no lograba hacerlo venir. Aunque en algunas ocasiones lo lograba, y rapidamente me pedía una de sus medias usadas con las que se limpiaba el semen que quedaba en su cuerpo y en mi mano. Sin hablar mucho Arnoldo siempre sabia que ibamos a hacer cuando nos veiamos y también sabía que le iba a pasar cuando yo iba a su casa. Cuando el se levantaba y se iba a bañar yo me quedaba esperandolo en su habitación, el llegaba de la ducha y se cambiaba delante mio, podía ver su delicioso pene. Era una delicia. Hay veces cogía sus calzoncillos y los olia profundamente, me encantaba sentir ese olor de hombre, a esa mezcla de semen y orines, era feliz. Sin embargo nada es para siempre, así que un sábado cuando yo llegue a su casa después de habernos masturbado y chupado toda la semana, inicie mi rutina, metí la mano por debajo de las cobijas y comencé a acariciarcelo; luego a masturbarlo; y yo contento jalando su pene no me di cuenta que su mama pasó y se dio cuenta de que algo raro estaba sucediendo; retire mi mano lo más rapido posible, sin embargo su mama regreso y entró a la habitación de Arnoldo muy rapido y sin mediar palabra quito las cobijas de Arnoldo; allí estaba él con su pene semi erecto expuesto y sus calzoncillos en las rodillas. Lo que paso después es difuso para mi, su mama se enojó mucho, nos reclamo a ambos, por lo que estabamos haciendo; me sacó de su casa y yo muy avergonzado me fui para la mia. Muy asustado, en cualquier momento la mama de Arnoldo llamaría a mis padres y les contaría lo sucedido. Terminó el fin de semana, y toda la angustía que tenía comenzó a desaparecer. La mama de Arnoldo nunca llamo a mi casa y el lunes siguiente esperé a Arnoldo en el parque como siempre lo hacía. Ese día Arnoldo llego y me vió, puso una gran cara de tristeza y me dijo que no podiamos vernos más; que le habian prohibido la amistad conmigo. Lloré mucho los siguientes días, pues no solo perdí a mi gran amigo, sino también la posibilidad de volver a sentir su pene en mi boca y en mi mano. Se terminaban mis quince años y alejado de Arnoldo, también me aleje del grupo de amigos que tenía, comencé a pasar mas tiempo con otros amigos del colegio, con los que también pase cosas muy buenas que se las contaré en el próximo capítulo, espero que este les haya gustado.