Date: Sat, 9 Jan 2021 23:08:16 -0600 From: Billy Wright Subject: Nosotros, Para Ti (Chapter 14) Nifty es algo grandioso y por muchos años hemos disfrutado de todo lo que nos da. Por favor, si puedes, tienes la capacidad y no estas estudiando por favor considera donar (no vale donar si estas estudiando, la educación va primero). Esta historia es ficción, basada en hechos reales, pero ficción. Apenas estoy en Universidad entonces me disculpo por si no subo seguido. Si te gustaría decirme algo, lo que sea, aquí está mi correo: billy.alexander.wright@gmail.com --------------------------------- --------------------------------- *** Personajes *** *Alexander - Yo, un chico de 16 años. *Christopher - Mi hermano, 2 años mayor (enojado conmigo) *Minakami - Chico japonés, misma edad que yo (amable, atrevido y útil) *Ekrem - Chico turco, 2 años mayor (cálido, atento y dulce) --------------------------------- --------------------------------- *** Parte 4, Final *** Constelaciones de Rascacielos 1 (¿?) Había algo diferente en el aire. El aroma a flores, roció y jardín estaba siendo lentamente sustituido por aquel de la arena, sol y limonada. Aún faltaba un mes para salir de clases pero ya podía olerse el verano. --¡Alexander! --me saludó mi padre en cuanto entré a la casa. Aquello era inusual, normalmente yo llegaba antes que él, sin embargo, ahí estaba, con mi madre y hermano, a mitad de la sala con una computadora en frente--. Llegaste a tiempo, vamos a votar. --¿A votar? --Nuestras próximas vacaciones. --Pero... --me detuve un instante--. Nunca hemos elegido a donde ir, --dije y era cierto. El viaje a Japón había sido un vuelo de regalo de parte de la empresa de mi padre, Turquía había sido por una conferencia de mi madre y República Checa fue por la escuela. Este sería el primer destino que de verdad elegiríamos nosotros. --Por eso mismo vamos a elegir, --mi madre señaló la pantalla dónde se encontraban varias pestañas con un sinfín de imágenes--. Mira, estas son las opciones, --había un lugar frío con muchos jardines, una ciudad con amplias plazas y una con los edificios más grandes que hubiera visto--. Son Seúl en Corea, Buenos Aires en Argentina y Nueva York en Estados Unidos. --Elegimos estos porque Buenos Aires tiene descuentos en el vuelo, Nueva York porque Chris dijo que hay cosas para cada uno y Seúl porque... bueno, por qué es genial. Alcé la mirada--. ¿Ustedes ya votaron? Mi padre negó con la cabeza--. Te estábamos esperando. Aquello era nuevo, interesante. Me gustaba. Todos tomamos un pedazo de papel y anotamos el nombre de la ciudad a dónde queríamos ir, no era secreto pero acordamos que, ya que mis padres iban a ser quienes pagarían, sus votos valdrían el doble. Al final, los cuatro pusimos nuestro papel sobre la mesa de centro, boca abajo. --¿Quién va primero? Todos intercambiamos miradas, inseguros--. Cobardes, --bufó mi padre, bromeando--. Yo iré primero, --dijo antes de estirar su brazo y darle vuelta a su papel. Decía Seúl. Suspiré antes de darme cuenta que las miradas de mis padres y hermano estaban en mí, yo era el siguiente. Lentamente estiré la mano y le di la vuelta a mi papel. Decía Buenos Aires. No estaba seguro por qué pero algo de aquella ciudad, las imágenes me llamaba, no sabía mucho de Argentina pero quería conocerlo. Entonces llegó el turno de mi madre y, para mi sorpresa, no decía Seúl como pensé, decía Nueva York. --¿Qué? --Se defendió ella--. Siempre he querido ver un musical en Broadway. Sonreí con eso pero en realidad estaba nervioso. Todos miramos a Chris. Mi voto estaba en peligro, ninguno de mis padres había votado como yo pero si Chris también votaba Buenos Aires, las tres ciudades estarían empatadas y, quizás por la promoción, Buenos Aires ganaría. Mi hermano estiró la mano y, poco a poco, le dio vuelta a su papel. Ahí, en tinta azul y con la letra desigual de Chris, se encontraban dos palabras. Sin embargo, estas no eran las dos palabras que había esperado. Su voto decía: Nueva York. *** --Es por su novia, --le dije a la pantalla--. Por eso votó por Nueva York. No es que de verdad quiera ir, es porque su novia va a estar allá en verano y quiere ir a verla. --Espera, --Minakami, mi amigo japones, respondió del otro lado--. ¿Chris tiene novia? --Yo tampoco sabía, --expliqué--. ¿Recuerdas al chico de República Checa? --¿El otro Alex? --No, ese no. Y no se llamaba Alex. Bueno, él era Alexjei, yo soy Alexander. No importa. Él no, me refiero al otro, el chico rubio, ¿lo recuerdas? Bueno, ¿recuerdas a su hermana? Te conté que Chris me sacó varias veces de la habitación del hotel para estar con ella. Bueno, resulta que ahora son pareja. Y estoy seguro de que Chris votó por Nueva York sólo para ir a verla. Y no sólo es eso, Chris dijo que no deberíamos ir a inicios de verano como mis padres dijeron, les estuvo hablando por tres horas hasta que los convenció de ir a mediados de verano. Esa chica debe traerlo vuelto loco porque nunca lo había visto esforzarse tanto por algo. --Poniendo las intenciones de Chris de lado, Nueva York no suena tan mal, --Minakami estaba bostezando, acababa de amanecer en Japón--. De hecho suena bastante bien, no creo que le gane a Tokio pero es un buen segundo lugar. Reí un poco con eso--. Nunca me ha llamado la atención Estados Unidos, es como un platillo que no estoy seguro de querer probar. --Oye, ¿qué fue lo que aprendimos en Turquía? --Qué a veces está bien divertirse, --repliqué--. Aprovecha Turquía, ese era mi mantra. --Bueno, sí, pero, ¿qué mas? Recordé cuando me enteré de que Ekrem tenía novio y lo mucho que me sorprendió saber que tenía una relación abierta. Al principio no quería tener nada que ver con ellos pero, gracias a Minakami, descubrí que las cosas eran un poco más complejas--, es bueno probar cosas nuevas, incluso cosas que nunca pensaste. Y la verdad es que nunca había pensado en Nueva York, cierto, salía mucho en películas, libros y cosas así pero nunca me había llamado la atención. Aquella noche había querido hablar también con Ekrem y Baruk pero habían salido en una clase de cita, si era ellos solos o con alguien más, no especificaron pero era normal, eran pareja. Quizás era por eso que era Minakami con quien más hablaba. No obstante, al día siguiente ellos expresaron lo mismo: Nueva York sonaba a una aventura. *** Cuando votamos faltaba un mes para vacaciones y otro más para nuestro viaje. Esos dos meses, sin embargo, pasaron volando. Antes de que me diera cuenta el ciclo escolar había terminado, nuestras maletas estaban hechas y el avión estaba aterrizando. Al salir del aeropuerto no encontré la gran metrópolis, los enormes edificios ni las calles ocupadas que salían en las películas. Sin embargo, la gente sí se veía apurada. --Ese aeropuerto es La Guardia, --respondió mi padre--. Este es el JFK. A petición de mi madre y hermano optamos no por tomar un taxi (cuyo precio es infernal) y optamos por comprar cuatro tarjetas de metro temporales. Mi madre se veía emocionada por subirse al metro de Nueva York. Incluso yo debí admitir que me sentía casi en una película. Tardamos más de lo que pensé y era incómodo estar en el metro con las maletas, sin embargo, apenas salimos del vagón nos topamos con la primer gran experiencia neoyorquina: música. Ahí, justo en la intersección del metro se encontraba un chico tocando algo parecido a un clarinete mientras una chica, a su lado, tocaba el saxofón. Los cuatro nos detuvimos a verlos, como si las maletas no delatasen ya que eramos turistas. --Wow, --fue lo único que pude decir. El chico era bueno pero la chica era increíble, no sólo tocaba bien, tocaba de maravilla el saxofón. Era sorprendente como pocos se detenían a oírlos. ¿En serio la gente de Nueva York no tenía ni siquiera tiempo de apreciar un poco la vida o es que el talento rebosaba tanto que aquello no era ni el comienzo? Era un poco de ambas, descubrí con el tiempo. Seguimos avanzando hasta subir por la entrada al metro a una cuadra del hotel. Era extraño cuan familiar era todo, una ciudad que había estado tantas veces en el televisor que aquellos barandales del metro, los letreros, taxis y calles eran conocidos. Al salir del metro estábamos en medio de Manhattan. Los edificios a nuestros costados, tan altos y llenos de colores, de vida, el sonido, vibrante, caótico, ensordecedor, el aire, el frío, la acción de la ciudad. Era increíble. --Ahora entiendo porque lo llaman el Centro del Mundo, --dijo mi madre, impresionada. Comenzamos a caminar con las maletas, el hotel estaba a una cuadra, no obstante, el camino no pudo ser más largo--. Y yo ahora entiendo porque le dicen la Gran Manzana, --se quejó mi padre. Como era tradición, mis padres pidieron dos habitaciones, una para ellos y otra para Chris y para mí. Nos dieron treinta minutos para desempacar y relajarnos antes de saltar a la aventura de la Gran Ciudad. Yo me preparé un café, Chris me miró extrañado. --¿Qué? --pregunté dando un sorbo--. Es la Ciudad que Nunca Duerme, tengo que estar listo. Él puso sus ojos en blanco pero, esta vez, en lugar de alejarse se acercó a mí y comenzó a preparar su propia taza de café--. Tú y mis padres se creen muy graciosos con sus chistes malos, ¿verdad? --¿De qué hablas? --Dije fingiendo estar ofendido--. Mis chistes son los mejores. --Esta ciudad tiene más nombres que un latino, --comentó Chris, yo lo miré sin decir nada--. ¿Qué? Tenemos un poco de sangre latina, nosotros podemos hacer chistes así. Además te reíste un poco. --Sólo un poco, --admití--. Aún así, es racista. --Bueno, bueno, ya en serio, --Chris dejó la tasa a un lado--. De todos los nombres de Nueva York, ¿cuál te gusta más? --Ese, --respondí de inmediato--. El que dije. La Ciudad que Nunca Duerme. ¿A ti? Chris no tuvo que pensarlo--. Nueva York, Nueva York, la Ciudad Tan Genial que la Nombraron Dos Veces. --¿Eso cuenta? --¡Claro que sí! Las cosas más geniales se hacen dos veces. ¿No has visto que se llama así? Nueva York, Nueva York. --Eso es porque es la ciudad de Nueva York en el estado de Nueva York. --Exacto, la Ciudad Tan Genial que la Nombraron Dos Veces. Puse los ojos en blanco, riendo con aquello. Ese día, por haber llegado en la tarde, no tuvimos oportunidad de hacer mucho. Caminamos por Broadway en la noche, cenamos en Hard Rock y fuimos a Times Square en la noche, aquel gran espacio con todos los letreros brillando a nuestro alrededor. Era abrumador, en parte, sin embargo, por otro lado, era imposible no sentir que, ahí, justo ahí, todo era posible. Aquella noche, durante la cena, hablamos de nuestros viajes pasados. Turquía, Japón y República Checa, diciendo lo que nos arrepentíamos de no haber hecho y lo que ahora no dejaríamos que se escapara la oportunidad de hacer. Cuando mis padres nos preguntaron sobre como nos había ido en Praga muchos recuerdos llegaron a mi mente, uno en particular que no pude quitarme el resto de la noche. Al llegar al cuarto, aquel pensamiento seguía conmigo. Recordé aquel momento en Praga después de que Alexjei y yo peleásemos, después de que me echó de su apartamento, cuando Chris me encontró llorando en la calle. "Cómo se te ocurre salirte así para ver a un chico? ¡Y sin avisar! ¡Nadie sabía dónde estabas El pensamiento me atormentaba. "Chris dijo que salí a ver a un chico," pensé. "¿Cómo supo eso?" Me giré en mi cama para voltear a verlo. La luz estaba apagada, Chris estaba dormido, podía oírlo roncar. "¿Acaso Chris sabía que me gustaban los chicos? ¿Pero cómo? Nunca se lo había dicho, es más, nunca se lo había comentado a nadie." No era que estuviera en negación, confundido o no confiara en mi familia, simplemente nunca me había visto en la necesidad de hacerlo. Aún así, había sido extraño haberlo oído decir eso. "¿Acaso se nota?" Levanté la cobija y observé mi cuerpo, vestido sin nada más que los boxers que traía puestos, como si así pudiera comprobarlo. Según yo uno no podía adivinar eso con sólo verme, yo no era muy femenino ni delicado. Cierto, no me gustaba el futból ni los autos, pero me gustaba ver futbol americano y los videojuegos. "Estas pensando en estereotipos," dijo una parte de mí. "Las cosas no siempre son lo que parecen." Eso era cierto. Suspiré. Las cosas no siempre son lo que parecen. A la mañana siguiente todos despertamos temprano para ir a desayunar y ver los primeros pasajeros en la estación Gran Central. Fue extraño oír que mis padres querían ver aquel lugar pero en cuanto llegamos comprendí: era magnifico, dorado y esplendoroso. Una pareja estaba ahí, vestidos para su boda, tomándose fotos. Mis padres se acercaron a verlos--. Probablemente aquí se conocieron, --sugirió mi madre. --O tal vez aquí es dónde le propuso matrimonio, --aventuró mi padre. Era curioso, con todo lo que había estado ocurriendo, con elegir a dónde ir, ver la ciudad y Chris, no me había detenido a pensar en si acaso conocería un chico en aquel viaje. Hasta ahora ni siquiera había puesto atención a la gente a mis lados, ni siquiera en el hotel. Sonreí, tal vez esta vez no necesitaba a un chico para disfrutar el viaje. Al salir de la estación nos encaminamos a nuestro siguiente destino: el Empire State. Sin embargo, justo ahí, afuera de la entrada del edificio se encontraba la respuesta a la sospecha que había tenido desde que elegimos aquel destino: una chica rubia, casi tan alta como yo, con una bolsa y sombrero, nos estaba haciendo señas. Era la novia de Chris. Chris se acercó a ella y la recibió con un abrazo y un breve beso. Mis padres no se veían sorprendidos, "seguramente Chris les pidió permiso," supe de inmediato. No estaba seguro como me sentía con el que la novia de mi hermano se estuviese uniendo así a nuestras vacaciones pero no tuve mucho tiempo de contemplarlo. Justo entonces noté quien se encontraba a su lado. Parecía que, la chica rubia, novia de Chris, no había llegado sola: había traído a su hermano. El chico rubio, el mismo de Praga, el mismo de la escuela, el mismo a quien dejé por estar con Alexjei. --¡Bienvenidos a Nueva York! --nos saludó la novia de Chris. Mis padres sonrieron entusiasmados, Chris también parecía estarlo. Sólo él y yo nos estábamos viendo, cara a cara, serios. "Okay," dije para mi mismo. "Ahora veo que es lo que Dios quiere para mí en este viaje." ------------------------------------------------------------ La Parte 4, la parte final. Aquí es dónde termina todo, ¿esperaban ver al chico rubio de nuevo? Si te gustó esta historia deja un comentario, una estrella o simplemente sigue leyendo.