Date: Sun, 31 Jan 2021 23:07:18 -0600 From: Billy Wright Subject: Nosotros, Para Ti (chapter 17) Nifty es algo grandioso y por muchos años hemos disfrutado de todo lo que nos da. Por favor, si puedes, tienes la capacidad y no estas estudiando por favor considera donar (no vale donar si estas estudiando, la educación va primero). Esta historia es ficción, basada en hechos reales, pero ficción. Apenas estoy en Universidad entonces me disculpo por si no subo seguido. Si te gustaría decirme algo, lo que sea, aquí está mi correo: billy.alexander.wright@gmail.com --------------------------------- --------------------------------- *** Personajes *** *Alexander - Yo, un chico de 16 años. *Christopher - Mi hermano, 2 años mayor (enojado conmigo) *Minakami - Chico japonés, misma edad que yo (amable, atrevido y útil) *Ekrem - Chico turco, 2 años mayor (cálido, atento y dulce) *James - El chico rubio, misma edad (le gusta Hamilton pero no cosas nuevas) --------------------------------- --------------------------------- *** Parte 4, Final *** Constelaciones de Rascacielos 4 (Nueva York) El sol amaneció glorioso sobre la ciudad, mis sueños, a pesar de todo, habían estado repletos de canciones de Hamilton. No podía creer que James me había enseñado un musical que logró gustarme. Era inaudito. Me pregunté, ¿qué más podría hacer James? Aquel día, sin embargo, las cosas no se tratarían de James sino, tal como me lo había dicho ayer, se tratarían de Chris y su "tiempo de hermanos" conmigo. No estaba seguro de entender y aunque sabía que no era nada malo, una parte de mí estaba nerviosa. Le mandé un mensaje a Minakami contándole de James y dándole las gracias, explicándole que el cumpleaños que me había hecho había sido lo que me inspiró a tener esa segunda cita. Minakami dijo estar feliz por mí. Yo le conté que James podría ser algo serio. Entonces fui al cuarto de mis padres. -¿Ya listo para ir con tu hermano? -preguntó mi madre cuando fui a visitarla a su cuarto, ella también estaba al tanto de los planes de Chris-. Es su día juntos. -¿Ustedes que harán? Mi padre se acercó a mí-. Vamos a aprovechar nuestro días sin hijos, por supuesto. Tendremos una cita, cena romántica, Broadway, todo el teatro, hijo. -¿Broadway? -¿No estabas ayer diciéndonos lo bueno que era Hamilton? Bueno, hoy vamos a ver si tienes razón o si sólo gastamos 600 dólares por tu culpa. Abrí la boca a punto de protestar pero no tenía nada que temer. A veces olvidada que mis padres también eran humanos, también estaban enamorados. Recordé sus miradas cuando estuvimos en la Estación Central y vimos a aquella pareja de recién casados. Mis padres eran más que mis padres, eran humanos y eran esposos. -Tú trata de disfrutar el día con tu hermano, ¿de acuerdo? Tan pronto mis padres se fueron Chris y yo desayunamos. No estaba seguro que pasaría pero mi hermano se encargó de dirigir la conversación. Me contó de su novia, para variar. Fue extraño, nunca había visto a Chris como la clase de persona que quisiera compartirme lo que ocurría en su vida. Me contó que su novia le había llamado la atención desde antes de Praga pero no fue sino hasta el viaje que intentaron algo. Dijo que ella y él no hacían nada romántico, solamente se veían de noche. Curiosamente, resulta que Chris era quien quería tratar algo más pero ella no lo tomaba en serio. No fue sino hasta que Chris interrumpió una de sus visitas para ir a recogerme de casa de Alexjei que ella empezó a tomarlo en serio. -Creo que fue porque se dio cuenta de que si había cosas que me importaban más que solo acostarme con ella, -mencionó mi hermano-. Así que el que haya si quiera considerado ser mi novia es, en parte, gracias a ti. -Tal vez debería escaparme más seguido. Chris río-. Ni se te ocurra. Aquel día seguimos platicando, nos subimos a uno de esos autobuses que paseaban turistas y conocimos la ciudad. No fue desagradable, lo contrario, sin embargo no sentí que estuviéramos haciendo nada particularmente especial como para justificar un día juntos. Fue entonces que decidimos almorzar a una pizzería. Era increíble el amor que aquella ciudad tenía por la pizza. Chris ordenó. Debí darme cuenta. No sé porqué no lo noté pero debí hacerlo. Chris pidió tres pizzas enteras, la mesa en la que nos sentaron era demasiado grande para dos. Debí notarlo. Seguí hablando pero sin notarlo. No fue sino hasta que las pizzas llegaron que noté que algo andaba mal. -Chris... -pregunté-. ¿Ordenaste tres pizzas? -Sí, ¿por qué? -¿Por qué? -Estaba confundido-. No podemos comer tres sólo nosotros dos. Nosotros... -fue entonces que, detrás del mesero, vi a alguien de pie. Me tomó un instante reconocerlo pero sí, ahí estaba, de pie frente a nosotros a varios palmos de distancia. Un chico japonés nos estaba mirando. Lo observé, incrédulo, inseguro hasta que el chico sonrió y, Dios. Esa sonrisa la reconocería en cualquier lado. -Alex, -fue todo lo que dijo y, poniéndome de pie, corrí hasta él, envolviéndolo en un abrazo-. ¿Tan feliz estás de verme? -¿Qué rayos haces aquí? -le pregunté, era palpable la emoción en mi voz. Después de todo, hacia dos años que no lo veía. -No soy el único, -mencionó Minakami señalando a su espalda. Miré sobre su hombro para encontrar dos siluetas detrás, tomadas de la mano, sonriéndome. -¡Alex! -saludaron ambos a la vez. -Ekrem, Baruk, -saludé dándole un breve abrazo a uno y después a otro. Casi no podía respirar, la emoción se había encargado de ahogar mis pulmones. Di un paso atrás. Frente de mí estaban todos: Minakami, Ekrem, Baruk y Chris. El chico japonés, los chicos turcos y mi hermano, todos en la misma ciudad, en el mismo restaurante, en la misma mesa. Todos nos sentamos, Baruk fue el primero en tomar una de las rebanadas de pizza en el centro de la mesa. Los demás pidieron bebidas. Yo permanecí boquiabierto, aún sin poder creer que estaban ahí. -¿Cómo es que están todos aquí? -solté entonces, no podía dejar de sonreír-. ¿Cómo...? -Oh, vamos. No es tan difícil. Piénsalo, -Baruk se acomodó en su silla-. En serio piensa en lo que ha pasado en el último mes, todas las pistas están ahí. Me dieron un momento. Traté de pensar pero el shock era tal que no pude concentrarme, nada en el último mes se resaltaba como sospechoso o eso pensé hasta que mis ojos aterrizaron en Chris. -Dijiste que este sería nuestro día de hermanos, -señalé-. Pero tú... ¿tú planeaste esto? -Oh, hizo mucho más que eso, -Ekrem colocó su mano sobre el hombro de mi hermano-. Chris fue quien hizo que esto fuera posible. -Verás, desde hace meses sabía que mi padre tendría una reunión de trabajo aquí, -explicó Minakami-. Una ronda de conferencias. Yo le dije a Chris que vendría a New York y, bueno, él no hizo que yo venga a verte, él hizo que todos ustedes, Ekrem, Baruk, Chris y tú, vinieran a verme a mí. Justo llegué ayer a la ciudad. Volteé a ver a mi hermano-. La votación, -recordé-. Tu fuiste quien metió a Nueva York en la votación, tú votaste por venir aquí. -Recordé como me quejé con Minakami respecto a eso pero había más-. Se suponía que íbamos a venir a inicios de verano pero tú convenciste a mis padres de venir a medio verano. Minakami me dedicó una sonrisa-. De nada servía que los dos viniéramos a la misma ciudad si las fechas no coincidían. -Pero tardaste toda la tarde en convencer a mis padres. Creí que lo habías hecho para estar con tu novia... Chris negó con la cabeza-. Bueno, esa fue una feliz coincidencia pero no. No lo hice por eso. Lo hice por ti. Me dejé caer sobre la silla, impresionado. Entonces miré a Ekrem y a Baruk-. ¿Y ustedes como llegaron aquí? -Ekrem me invitó, -comentó Baruk. -Nosotros sólo nos ajustamos a sus fechas, tengo derecho a tener unas vacaciones, ¿sabes? Aquello me hizo sonreír, incrédulo. Nunca pensé que podría verlos a todos así, juntos, hombro con hombro, unos a lado de los otros. Desde el inicio de la historia, todos los chicos de mi vida. Minakami, Ekrem, Baruk y Chris. Por un momento pensé en Alexjei pero por como las cosas habían terminado estaba claro que no iba a venir. Quizás eso era lo mejor. En cuanto llegaron las bebidas, todos nos unimos en una plática grupal. Chris me dijo que podía irse si yo quería estar a solas con ellos pero le dije que podía quedarse. Después de todo, él había hecho eso posible. -Esperen, esperen, -Baruk pausó la conversación media hora más tarde-. Tengo una pregunta. Chris organizó esto, ¿cierto? Pero tú, Chris, tú... ¿sabes como conocimos a Alex? -¿Cómo se conocieron? -Sí, -aclaró Baruk-. O sea, ¿sabes de dónde nos conocemos y que fue lo que pasó? Todos observamos a Chris, yo un tanto nervioso. Chris volteó a ver a los tres-. Pues lo que hicieron nadie me lo ha dicho pero ya me lo imagino pero al único que reconocí al inicio fue a Ekrem, porque tu fuiste nuestro guía en Turquía. ¿Que no? -Yo y mi hermano, -afirmó Ekrem. -Bueno, cuando los contacté para hacer esto fue, bueno... digamos que entendí porque Alex en cada una de nuestras vacaciones siempre se desaparecía. -¡Yo nunca desaparecía! -me quejé y por algún motivo todos rieron con aquello-. Pero, ¿cómo supiste que ellos existían? Chris sonrió como si estuviera guardando un secreto, algo que nadie más que el sabía-. ¿En serio quieres saber? -Claro que sí, quiero saber como lo lograste. -Okay, -Chris se alzó de hombros-. Sólo recuerda que tú preguntaste, -volteando a ver a los demás, colocó los codos sobre la mesa, extendiéndose-. Ustedes saben que les mandé mensaje pero creo que tampoco les conté cómo me enteré de quienes eran o como llamarlos, ¿verdad? Minakami, Ekrem y Baruk asintieron. -Bueno, -Chris continuó-. Verán. Un día mis padres no estaban en casa yo decidí salir con mis amigos, no tenía permiso pero no me importó. Alex me dijo que no podía salir pero lo ignoré y me fui. Bueno, a la mitad de camino decidí hacerle caso a Alex y regresé a la casa. Estuve un rato en el piso de abajo pero, cuando subí las escaleras... no saben el show que me encontré. El color se fue drenando de mi rostro poco a poco, cayendo en cuenta de la historia de la que estaba hablando. -Oh, mírenlo, -interrumpió Chris volteando a verme-. Se ve preocupado, ya sabe a que momento me refiero. Tranquilo, estamos en confianza. Además, no es nada que ellos no hayan visto ya. Abrí la boca pero las palabras se rehusaron a salir. -¿Nada que no hayamos visto ya? ¿Qué es lo que...? -Cómo les dije, -continuó Chris-. Era un show. Cuando estaba en el pasillo estuve a punto de ir a mi cuarto cuando abrí la ventana del pasillo y en eso pude ver el interior del cuarto de Alex y, bueno. Resulta que mi hermanito tenía puesta mi chamarra, esta de hecho, -dijo señalando la que tenía puesta-. La tenía puesta pero debajo no tenía nada. -¿Nada más? -Sólo mi chamarra y nada más. Ekrem hizo una cara de sorpresa, cayendo en cuenta del momento del que estaba hablando. Minakami volteó a verme, impresionado y Baruk comenzó a reír. -Veo que ya recordaron de que momento estoy hablando, -Chris tomó otra rebanada de pizza. -¿Tú estabas ahí, viendo? Chris asintió-. Cada movimiento, cada prenda que se quitaba, sí. Minakami se inclinó al frente-. Pero... ¿viste sólo eso o también viste...? -¿El gran final? -Comentó Chris entre risas-. Sí. Todos comenzaron a reír con eso. Incluso yo, apenado, me uní a sus risas. Sabía que Chris me había visto, ya me lo había mencionado, pero no sabía que se había quedado para ver todo el show, de inicio a fin. Era extraño pero sentía una mezcla de vergüenza y emoción al saber eso. -Alto, alto, alto, -Ekrem estiró las manos a los lados como si pudiera detenerlos-. Entonces, ¿dices que sabes lo que Alex hizo con nosotros? -Si vio ese show yo creo que ya se lo está imaginando, -comentó Baruk entre risas. Chris asintió. -Eso significa que cada uno, todos en esta mesa... hemos visto desnudo a Alex. Desnudo y emocionado, debo agregar. Todos intercambiaron miradas con eso, riendo de nuevo. Yo agaché la mirada, avergonzado. No sólo era cierto sino que era demasiado cierto. Minakami colocó una mano en mi hombro-. Creo que deberías tomarlo como un cumplido. -¿Un cumplido? ¿Qué todos hayan visto mi mini-Alex? No gracias, no se ve tan cumplido pero si eso es lo que los trajo a todos juntos, no me quejo. -¡Claro que es un cumplido! -añadió Ekrem-. ¿Sabes por qué? -Porque no te ves nada mal, -completó Baruk. Eso lo hizo reír de nuevo-. Es más, si sigues soltero no te gustaría... -Okay, -Chris se puso de pie-. Ya que esto está claramente convirtiéndose en una orgía creo que será mejor que los deje solos. Todos reímos con aquellos, había sido medio broma pero también medio en serio. -¿Te da pena, Chris? -preguntó Minakami, retador. -No creo que deba darle pena, -comentó Baruk-. Debo decírtelo, Chris. Alex no es el único chico de su familia que no se ve nada mal. Chris pareció avergonzarse con aquello pero en lugar de eso replicó-. Le diré a mi padre que le mandas tus saludos. No pude contenerlo, reí más fuerte de lo que debí con aquello pero no importó pues los demás rieron también. La pizza fue magnífica aunque, quizás no se trataba tanto del sabor que tenía en realidad, sino como sabía cuando la estaba compartiendo con los demás, tal vez aquel era el ingrediente secreto de Nueva York, tal vez esa era la magia moderna oculta. -Lo siento pero tengo novia, -oí a Chris decirle a Baruk mientras yo me ponía de pie. -Bueno, -Baruk continuó sin rendirse-. Si algún día tu novia y tú quieren a otra pareja para probar cosas nuevas. Aquí estamos Ekrem y yo. No que nos esté vendiendo, sólo menciono. Ekrem, Baruk y Chris se quedaron en la mesa. La noche estaba cayendo sobre nosotros, no sabía como era posible que el tiempo hubiese pasado tan rápido. Habíamos quedado todos de ir a algún lugar a bailar en la noche pero, antes de irnos, Minakami había pedido decirme algo en privado así que ambos nos pusimos de pie y salimos del restaurante, de pie en la acera. -Aún no puedo creer que estén aquí, -le dije sonriente una vez que nos detuvimos fuera del restaurante-. En serio, es casi un sueño, se siente tan irreal. -Yo tampoco me lo creo, -comentó Minakami, su rostro iluminado por los últimos rayos del sol y las millones de luces brillando en los edificios-. Cuando le dije a tu hermano que vendría, no creí que en realidad lograría que ustedes también vinieran. Chris es un muy buen hermano, Alex. Creo que deberías saberlo. Asentí-. Creo que cada vez me estoy dando más cuenta de eso. Minakami trató de quitarse la mochila que traía en la espalda pero esta se había atorado-. ¿Me sostienes esto? -dijo tendiéndome su teléfono y cartera. Los sostuve mientras él rebuscaba en su mochila. Justo entonces su teléfono vibró cuando le llegó un mensaje y, por un instante, pude ver a la notificación aparecer en su pantalla. Sin embargo, esta no fue lo que llamó mi atención sino la imagen de fondo que tenía en su teléfono. -Esta es... -le dije, señalando su teléfono-. Esta es la foto que nos tomamos en... ¿cómo se llama? Minakami levantó la mirada y, al ver la foto, ambos contestamos a la vez-: Asakusa. Era aquella imagen que nos habíamos tomado en el último día, él y yo juntos volteando a la cámara con una gran puerta roja detrás y una lampara de papel descomunal en medio. Estábamos sonriendo. Era increíble pensar que ya habían pasado dos años de eso. -Me gusta esa foto, -sonrió Minakami volviendo a colocar la mochila en su espalda-. Pero en realidad lo que quería enseñarte o más bien darte, es esto. En sus manos se encontraba el más grande de todos los tesoros: dos cajas bento, traídas desde Japón, perfectamente ordenadas, cada una con arroz, dumplings, sushi y mochis. Estiré las manos hasta recibirlas. Minakami sabía que no había nada más que me gustara en el mundo que poder probar la comida de otro lugar. -Es un regalo, -añadió entonces. -Es... -no tenía palabras así que sólo lo coloqué contra mi pecho y le di un abrazo-. Yo no te compré nada, lo siento. Es que... bueno, digamos que no tenía idea de que te vería hoy así que no estaba para nada preparado. Eso lo hizo sonreír-. Descuida, estar contigo es suficiente. Esa noche nos dedicamos a bailar. Chris y Ekrem encontraron un lugar dónde nos permitían pasar a todos, era extraño pues parecía subterráneo, quizás así funcionaban las cosas en Nueva York. La música era movida y aunque no era especialmente de mi agrado, valió la pena solo para estar con ellos. Resulta que Ekrem y Baruk eran buenos bailando, incluso Chris tenía varios pasos. Sólo Minakami y yo nos movíamos como piedras pero no importó. Al final, todos acordamos vernos de nuevo. Minakami y su padre solo estarían ahí por tres días y ya había pasado el primero. Ekrem y Baruk dijeron que estarían el fin de semana por lo que estarían más o menos el mismo tiempo. Teníamos tiempo para otra reunión. Cuando llegamos al hotel nuestros padres aún no habían vuelto. -Dicen que fueron a ver Hamilton a Broadway, -comentó mi hermano tumbándose sobre su cama-. Parece que a todos les gusta. -Y con mucha razón, -repliqué guardando mis cajas bento-. Es increíble, deberías verlo. James... -me detuve. Ahí, en medio de las dos cajas bento se encontraba una nota. No la había visto antes pero al abrirla la nota que guardaba dentro me dejó confundido. "Recuerdo que te gustaban estos, ¿no? La pelea con Chris inició porque él tiró estos por la ventana. Quizás es adecuado que tengas nuevos ahora que su pelea terminó y quizás, ya que tienes ese espíritu de iniciar cosas de nuevo... no sé que pienses al leer esto pero, ¿te gustaría continuar lo que empezamos en Japón? No hablo del hotel ni las aguas termales, hablo de... bueno, nosotros. ¿Qué dices?" Me quedé sin palabras, detrás de mí Chris seguía hablándome pero no comprendía sus palabras. Algo en mí estaba confundido, revuelto. Todo estaba funcionando de maravilla con James y, justo ahora, justo dos años después de todo, justo cuando nos veíamos en persona por segunda vez, Minakami me decía esto. -Demonios, -susurré al darme cuenta que tenía una elección que tomar. Minakami, el chico japones y James, el chico rubio. ----------------------------------------------------------------- Y con esto termina el penúltimo capítulo de esta historia. ¿Muy dramático? Al final, ya sólo queda un capítulo nada más, el final por así decirlo así que espero que valga la pena. ¿Listos para leerlo?