Date: Wed, 11 Nov 2020 09:31:38 -0600 From: Billy Wright Subject: Nosotros, Para Ti (Chapter 6) Como siempre, por favor recuerden donar a Nifty, es un servicio gratuito del que todos disfrutamos y necesita tú ayuda para seguir siendo así. Por favor, considera donar. Además, esta historia trata sobre relaciones entre varios menores de edad, está inspirada en hechos reales, no obstante, sigue siendo considerada ficción. Esta historia fue escrita por mí, si tienes sugerencias, comentarios, preguntas, críticas constructivas o simplemente ganas de hablar, aquí está mi correo: billy.alexander.wright@gmail.com o pueden buscarme en Wattpad (donde esta historia también será publicada) con el usuario @Billy_Alex_Wright Ahora, sin nada más que agregar: Personajes: Alexander - Yo, un chico de 15 años. Christopher - Mi hermano, dos años mayor que yo. Minakami - Chico japonés de 15 años. Ekrem - Chico turco de 17. Parte 2 Luna Sobre el Mar 2 (Turquía) -¿El guía? ¿El guía del tour? ¿Es en serio? -La carcajada que siguió a aquellas palabras duró varios minutos más de lo que me hubiera gustado, tuve, en un punto, que apartar el teléfono de mi oído para poder escuchar mis propios pensamientos. Habían pasado cuatro días desde que había llegado a Turquía y dos desde que Ekrem, el guía menor, me había prestado su bandera azul. Mucho había pasado desde entonces, sin embargo, ahora, mientras esperaba a que el resto de las personas del tour terminaran tanto sus compras como sus interminables sesiones de fotografía en y alrededor de la Mezquita de Suleiman, yo había aprovechado la oportunidad para tomar mi teléfono y marcarle a la voz de la razón, la única persona que podría ayudarme en este caso: Minakami. Le conté de mi llegada, de como había pensado en sus palabras desde el aterrizaje, le conté del como traté de llamar la atención del chico del tour, de como eso falló y que, entonces, descubrí al guía. Naturalmente, su reacción fue reír. -Se que te dije que aprovecharas Turquía para construir de nuevo tu confianza, ya sabes, hablar con un chico turco, tener una cita, pero no creí que te le lanzarías al guía, -murmuró Minakami aún riendo desde el otro lado de la línea-. Digo, ¿qué edad tiene si es el guía? -No es tan viejo, -respondí un poco molesto-. Y no es el guía. O sea, sí es el guía pero no es el guía. Tenemos dos guías en el viaje y él es el menor de los dos, es como... el asistente del guía. Además, sólo tiene dos años más que nosotros, no es tan grande. -O eso es lo que él quiere que pienses. Le lancé una mirada reprobadora desde el aparato. -Está bien, lo siento, Alex, -cedió Minakami-. Hay dos guías y el menor fue el que llamó tu atención, está bien, ¿cuál es el problema? -Bueno, después de que pasó todo eso, él me acompañó a comer kebabs. ¿Alguna vez has probado un kebab? No son la comida más romántica del mundo, para nada, pero tienen un sabor maravilloso, en serio, me encantan como no tienes idea. -Oye, a mí también me gusta la comida extranjera, -se quejó Minakami. -La diferencia es que tú nunca me invitaste a comer cuando estuve en Japón. -Golpe bajo, ouch, pero continúa. ¿Cómo dijiste que se llama? -Ekrem. -¿Ekrem? ¿Ese es su nombre? -Es turco, tiene derecho a un nombre raro, además, tú te llamas Minakami, ¿de qué te estás quejando? -Disculpa si no todos tenemos nombres comunes como Alexander. Decidí no quejarme al respecto-. Se llama Ekrem. ¿Y recuerdas que dije que hay dos guías? Bueno, resulta que son hermanos, lo cual es raro porque no se parecen mucho si te soy sincero. Lo que pasa es que la compañía de viajes es de su madre y aunque ninguno de los dos trabaja ahí oficialmente, ambos están acostumbrados a tomar el tour desde pequeños, tanto que se lo aprendieron al derecho y al revés así que, cada vez que tienen oportunidad o necesitan dinero, se encargan de guiar a uno de los grupos, en este caso el mío. -Entonces él, Ekrem, ¿es el hermano menor? -indagó Minakami. -Sí, -respondí. -Y tú tienes a Chris, tu hermano mayor. -Sí. -Eso te hace el hermanito menor. -También sí, ¿a dónde vas con esto? -No lo sé, -respondió Minakami, sincero-. Pero yo tengo dos hermanas mayores, también soy el menor. No sé, ¿crees que la mayoría de los chicos... ya sabes, como nosotros, chicos a los que les gustan otros chicos, son hermanos menores? ¿O es un fetiche que tienes? -Muy gracioso, -dije, cambiando el teléfono de oreja-. No lo sé y, si es lo del fetiche, te juro que es inconsciente lo que lo hace todavía más preocupante así que no quiero saberlo. Pero, hablando de hermanos, justo ahí, cuando Ekrem y yo estábamos comiendo kebabs, Chris se acercó a nosotros. -¿En serio? Eso no suena a él, por como lo describis tu hermano es un dolor de muelas. -Lo es, pero nos estábamos llevando bien bastante bien desde que llegamos a Turquía... hasta ese momento. -¿Qué pasó? -Verás... estábamos comiendo kebabs pero antes, cuando llegamos al hotel el primer día, yo le dije a Chris que debía probar más la comida local, arriesgarse un poco, ya sabes, cosas nuevas. Y bueno, cuando me vio comiendo con el guía el se acercó y decidió que quería probar un kebab. Pero, resulta que el kebab que él pidió le hizo daño y, bueno, desde ayer no puede salir de la cama, está enfermo y más que furioso conmigo. -¿Le hizo daño a él y a ti no? -No es por el kebab, -repliqué-. Creo que fue culpa suya, me refiero, él no come tanta comida de otros lados entonces no está tan acostumbrado su estómago. Además, el le puso un poco de todos los aderezos y salsas, sin mencionar que yo pedí de res pero el pidió el más tradicional, el de carne de cordero. Creo que nunca antes había pedido cordero. -Ufff, -Minakami suspiró con pesadez-. Recuerdame nunca pedir un kebab. No pude evitarlo, me reí. -¿Qué pasa? -Nada, nada, -me excusé-. Sólo es linda la forma en que dices kebab. -Oh, ¿te estas burlando de mi acento? Veamos que tan bien hablas japones, qué te parece? -No, no me estoy burlando, -mi voz era cálida, distante. Me percaté de de lo lejos que nos encontrábamos Minakami y yo, los miles de kilómetros que había entre nosotros. Alcé la vista hacia la mezquita, el viento soplaba con intensidad, las hojas bailaban en la distancia-. De hecho, te extraño un poco, para ser sincero. Me gustaría que estuvieras aquí. Juro que sentí la sonrisa de Minakami desde el teléfono-. Tres días, sólo tuvimos tres días. Fue muy poco. A mí también me gustaría estar contigo, ahí en... -La mezquita de Suleiman, -completé-. Suleiman el Magnifico. -¿El Magnífico? ¿Ese es su nombre? -Sí, no de nacimiento, es el nombre que la gente le dio. Imagínate, sólo imagínate lo increíble, genial y amado que tienes que ser para que la gente te llame el Magnífico. -Suena impresionante, -suspiró Minakami. Había pasado un año desde que lo había visto, poco más de un año entero desde que estuve en Japón. "Minakami tiene razón, tres días fueron muy poco," pensé. Pero desde entonces, en aquel año, había habido una innumerable cantidad de llamadas, un sinfín de mensajes y un millardo de fotos. Lo nuestro sólo había sido algo de un rato. "Una amistad que empezó con una aventura," como él lo diría. Él me contaba su día y yo del mío, luego él me contó de los chicos que le gustaba, los chicos con los que salía y yo traté lo mismo pero sin tanto éxito. "Aprovecha Turquía." Tal vez mi especialidad era con los extranjeros. -Hay un chico que te interesa, tú hermano está enojado contigo y te encuentras en un lugar de historia y belleza incalculable, -recitó Minakami-. Suena a un segundo Japón. -Nada será un segundo Japón, -repliqué-. Pero sí, todo es parecido, sólo que... no todo. -¿Qué pasó después? -Mi hermano se enojó, está enfermo en el hotel. Entonces los siguientes días estuve con el guía, Ekrem. No mucho, después de todo él está trabajando. Pero hemos tenido uno que otro rato para estar juntos. -¿Se han besado? -No, no nos hemos besado. Sólo... uno que otro cumplido discreto de vez en cuando. -¿Estás seguro que si quiere algo contigo? -Definitivamente, mucho, sí, -me apresuré a contestar-. Es que, mira. Justo te llamé por eso. Hoy en la mañana desayunamos juntos. El hotel tiene desayunos y aunque los guías no se quedan en el hotel, si desayunan ahí, entonces yo bajé antes para estar Ekrem y yo solos. Todo iba bien, la comida era rica, había mucha... -Pero... -Minakami supo lo que iba a decir. Suspiré-. Pero, justo cuando estaba pensando en besarlo, antes de que pudiera hacerlo, bueno. Él me estaba hablando de como desde que llegué del avión me volteó a ver, que no pensó que nada pasaría, me refiero, él está acostumbrado a dar tours y la mayoría de la gente no aprecia que su guía se les acerque durante vacaciones. Dijo que cuando me vio acercarme al chico del tour supo que yo no tendría problema por eso, también dijo que le gustó ver que no era tímido ni penoso, le gustó y me llamó valiente. -Eso suena bien. No entiendo porque necesitas mi... -Entonces me dijo que él ya tiene novio. El silencio fue pesado, aún a través del aparato pude sentir la mirada de Minakami cayendo rápidamente contra el suelo, perdido, desorientado, confundido. "Tal como yo me sentí cuando me lo dijo." No había otras palabras para describirlo. "¿Tenía novio y estaba coqueteando conmigo?" Mi primera reacción fue pensar que había un malentendido, ¿qué tal que Ekrem no había estado coqueteando conmigo, sólo siendo amable? Tal vez yo lo había malinterpretado. Claro, cosas como "me gusta tu sonrisa" o "te vez mejor cuando sonríes" pueden estar en el área gris entre coqueteo o no. Pero "me encanta como se ven tus labios, son muy antojables" o su más reciente frase, una que me había dicho hace unos minutos que habíamos entrado a la mezquita de Suleiman: "Aún enojado eres muy buena persona, demasiado, Alex. ¿Lo sabías? No estallas, no explotas ni te enfadas injustamente. Es raro encontrar a una persona así, dan ganas de casarse contigo para pasar el resto de la vida a tu lado." No había forma en que pudiera estar confundiendo eso, ¿cierto? -Ekrem tiene novio y quiere contigo, -resumió Minakami, por su tono de voz, no sonaba demasiado sorprendido-. ¿Y seguro que quiere contigo? -Muy seguro, sí. Eso tampoco pareció sorprenderlo-. Alex, creo que esto es algo que ya sabes y, no es por caer en estereotipos ni nada parecido pero, la realidad es que gran parte de las personas como nosotros, ya sabes, chicos a los que les gustan otros chicos, son así. Más... liberales con sus relaciones. Sí eso es una forma más evolucionada o más caótica, depende de a quien le preguntes, pero esa es la realidad. -¿De qué estás hablando? -No entendía, estaba confundido. -Relaciones abiertas, poliamor, relaciones de tres, -Minakami parecía estar recitando cosas de un guión, como si de una lección se tratara, una que incluso a él le costó aprender-. La mayoría de la gente con relaciones así son como nosotros. Los heteros... ellos son más tradicionales. Aunque, bueno, con los divorcios y engaños como van, eso tampoco es decir mucho. Me llevé la mano a la frente, necesitaba pensar. "No pienses, actúa," sonó una voz en mi cabeza, en el fondo de mi mente, pero no había nada que actuar en ese momento. "Quizás pensar no es tan malo de vez en cuando. Quizás el truco es saber cuando hacer qué." -¿Entonces debo aceptarlo? -pregunté-. Si quiero una relación, ¿debo lidiar con el hecho de que ahora nadie quiere algo exclusivo? -No dije eso, -corrigió Minakami-. Hay gente que sí quiere algo exclusivo. Sólo que ahora la gente ya no lo ve como la única opción. -Claro, siempre está el engaño. -Engañar no es una opción. Engañar es prometer exclusividad y luego romper tu promesa. Pero, ahora están amigos con beneficios, relaciones abiertas, otras cosas. Hay más opciones. Consentimiento es la palabra clave. Y sabes, dicen que la monogamía, ya sabes, estar con una sola pareja, no está en nuestra naturaleza. -¿Eso es lo que tu piensas? Hubo un silencio, me imaginé a Minakami volteando por la ventana, distraído-. Yo creo que es cierto, la evidencia está ahí. Para los humanos, estar con una sola pareja no es natural. Pero ve el edificio que tienes al lado, la mezquita de Suleiman el Magnifico. Esa estructura, ese monstruo colosal de piedra, ¿parece ser algo que encontrarías en la naturaleza? No lo creo, es artificial, antinatural. Estar con una sola pareja va en contra de nuestra naturaleza, es cierto, pero si hay una especie en el mundo que es especialista en hacer cosas antinaturales, somos los humanos. Eso me hizo sonreír. Era fácil pensar que Minakami seguía en mi vida por todo lo que pasó en Japón, por las cosas que hicimos, porque fue el primero y hasta ahora el único. Pero no, era por eso. Era por momentos como ese, que Minakami seguía en mi vida. -Cada quien puede vivir su vida como quiere, Alex. Tú sabes eso. El chiste es, bueno, ¿qué quieres tú para la tuya? Si quieres una pareja, una exclusiva, entonces Ekrem no suena a la opción para ti. Pero recuerda que estas en otro país, uno al que nunca habías ido y al que Dios sabe cuanto falta para que regreses, si es que regresas. En cambio, si lo que buscas no es una relación y sólo quieres un par de citas o un poco de diversión y Ekrem y su pareja están de acuerdo... no le veo lo malo. Mientras tú estés de acuerdo, claro. Creo que eso es lo más importante, que tú pienses qué es lo que quieres de esto. -Lo que yo quiero, -repetí, distraído-. No lo sé pero, bueno. Me cae muy bien Ekrem, la verdad. -¿Y sabes qué quiere él? ¿Su novio? -Oh, -hice una pausa, aún no había mencionado eso-. Cuando estábamos desayunando, de hecho, Ekrem dijo algo al respecto. Me dijo que, bueno, que tiene novio, como te dije, pero dijo que le había contado de mí a su novio y pues... querían saber si quería hacer algo con ellos. Con los dos. -¿Qué? -Minakami volvió a reír al otro lado de la línea-. Yo he salido con más chicos que tú y nunca nadie me ha ofrecido algo... de tres. Wow, tienes mucha o muy mala suerte, depende de como lo veas. -Aún no sé que hacer, ni siquiera conozco a su novio. -Entonces conócelo, dile a Ekrem que quieres ver a su novio. Yo creo que deberías colgar, terminar esta llamada, pensar un momento sobre que es lo que quieres y, cuanto antes, ir a hablar con Ekrem, para poder ver a su chico también, -Minakami sonaba tan seguro de si mismo, siempre sonaba seguro-. Haz eso, ¿de acuerdo? Te digo, tienes mucha o muy mala suerte, todo depende de como lo veas tú. Así qué... ¿Cómo lo vas a ver? Un giro inesperado, espero. Jajaja, Las cosas en Japón no fueron como las cosas en Turquía.