Date: Wed, 9 Dec 2020 07:25:20 -0600 From: Billy Wright Subject: Nosotros, Para Ti (Interlude) Nifty es algo grandioso y por muchos años hemos disfrutado de todo lo que nos da. Por favor, si puedes, tienes la capacidad y no estas estudiando por favor considera donar (no vale donar si estas estudiando, la educación va primero). Esta historia es ficción, basada en hechos reales, pero ficción. Si te gustaría decirme algo, lo que sea, aquí está mi correo: billy.alexander.wright@gmail.com o pueden buscarme en Wattpad (donde esta historia también será publicada) con el usuario @Billy_Alex_Wright Ahora, sin nada más que agregar: Personajes: Alexander - Yo, un chico de 15 años. Christopher - Mi hermano, 2 años mayor (enojado conmigo) Minakami - Chico japonés, misma edad que yo (amable, atrevido y útil) Ekrem - Chico turco, 2 años mayor (cálido, atento y dulce) ------------------------------------------------- Parte 2.5 Interludio (Casa) "Los príncipes no llegan a uno, tú tienes que ir por ellos," ya me la sabía de memoria. "Bueno, la tarea tampoco se hace sola, tú tienes que hacerla." Había pasado las últimas tres horas terminando mi tarea. No era un mal estudiante, lo contrario, de hecho, erra bastante bueno pero la verdad es que no era muy veloz al momento de hacer tarea, usualmente lo dejaba al final y, luego, me pateaba mentalmente por ello. Ya estaba por terminar cuando escuché pasos en las escaleras. Mis padres no estaban así que me puse de pie y me asomé por la puerta de mi cuarto. -Hey, -saludé al ver a Chris de pie ahí, a media escalera. Ni siquiera volteó a verme-. ¿Qué quieres? Desde que habíamos vuelto de Turquía hace cuatro meses la relación de mi hermano y yo había llegado a un nuevo punto bajo. Estaba molesto conmigo, enojado. Aún me culpaba por haber arruinado su viaje a Turquía al haberlo "obligado" a comer un kebab que lo enfermó casi todo el viaje. Ahora me odiaba. -¿A dónde vas? -le pregunté, inocente. -A ningún lado. No era tonto, sus pantalones, camisa y chamarra lo delataban, se había vestido para salir con sus amigos-. Mis padres no están, dijeron que no podemos salir. Chris se detuvo, su cuerpo entero se giró hacia mí-. ¿Me estas amenazando? Lo dudé por un instante, ¿sería buena idea hablar? ¿Detenerlo? Suspiré, mi cabeza gacha-. No. -Eso pensé, -dijo y se marchó, la puerta de la casa azotó cuando la cruzó dejando en claro el odio que me tenía. No importaba, ¿a mí qué si mi hermano me odiaba? ¿A mí que si salía de la casa sin permiso? Si mis padres se enteraban sería a él a quien castigarían, no a mí. Además, podía aprovechar el tiempo con la casa sola. Justo entonces oí el maullido de nuestro gato en el patio, miré el reloj y me hice una nota mental de dejarlo entrar en una hora. Le mandé un mensaje de texto a Minakami, mi amigo japones, y otro a Ekrem, mi amigo turco. Observé el reloj. Eran las 9:41 de la noche, ¿estarían despiertos? No estaba seguro. Sentí una corriente de aire frío y salí de mi cuarto: la ventana del pasillo estaba abierta. A Chris le encantaba dejarla así, yo no soportaba ese frío. Me aseguré de cerrarla muy bien y regresé. Dejé la puerta emparejada para que, cuando mis padres llegaran, pudiera oírlos. Fue entonces que sonó mi teléfono. Era Minakami. -¡Alex! -oí su voz, emocionada, en cuanto contestó-. ¿Cómo estas? No tienes idea de lo pesada que ha sido esta semana, te juro, a veces siento que la escuela es demasiado. -La escuela siempre es demasiado, -repliqué-. De hecho llevo toda la tarde haciendo tarea, no te imaginas cuanto sueño tengo. -¿Qué hora es allá? -Son... -observé mi reloj de nuevo pero cambié de idea-. Mira, deja mejor te enseño. - Observé la pantalla y la cambié por una video-llamada. Saludé a Minakami y apunté hacia la calle, más allá de mi ventana, mostrándole la ciudad a oscuras-. Son las 9:46, casi las 10. ¿Qué hora es allá? -Aguarda, -Minakami esperó un momento antes de encender también su cámara y dejarme ver un paisaje suburbano con un amplio sol brillando del otro lado. Dios, esa imagen era tan familiar. En verdad extrañaba Japón-. Mediodía. -Oh, mediodía pero de mañana, ¿verdad? Estás en mañana. -Para mí yo estoy en el mediodía de hoy y tú estas en la noche de ayer. -Siempre me confunde como funciona eso de la hora, nunca he... -mi teléfono sonó, era un mensaje de Ekrem-. Oye, ¿te molesta si conecto también a Ekrem a la llamada? -Adelante. El aparato soltó una melodía, hubo un crujido de estática y, entonces, la voz de Ekrem apareció junto a la nuestra. -¡Alex! -saludó el turco. ¿Todos siempre me saludaban así? Sólo entonces paró en la presencia de Minakami-. Hey, hola. -Hola, Ekrem. No hacía falta que nadie lo dijera, pude sentir el pequeño dejo de incomodidad que había entre ellos. No era que se cayeran mal ni nada, simplemente no se conocían mucho, ya habíamos hablado los tres así una vez pero fue breve. El silencio continuó en el aire, leves ruidos de la ciudad se oían más allá de sus videollamadas. "Los príncipes no llegan, tienes que ir por ellos," pensé. "Y no puedes esperar a que alguien hable primero, tú tienes que hablar primero." -Ekrem, le estaba diciendo a Minakami que aquí ya es de noche, mira, -apunté con la camara al cielo nocturno-. Y él dijo que allá es mediodía. ¿Qué hora es en Turquía? Ekrem apuntó la cámara hacia si mismo, caminando hasta el balcón de su casa. El cielo se veía casi completamente oscuro, pequeños dejos de luz se asomaban por el horizonte-. Ya casi son las siete de la mañana. -¿Qué haces despierto tan temprano? -Tengo un par de encargos que hacer y quería acabarlos para tener la tarde libre, -explicó Ekrem-. Pero no tengo nada de ganas hacerlas ahora. -¿Qué encargos tienes que hacer? -preguntó Minakami. Pude ver a Ekrem observar la pantalla, como si hubiera olvidado que Minakami estaba ahí. Abrió la boca para responder pero, antes de poder hacerlo, sus ojos se ampliaron tanto como platos y la sonrisa creció en su rostro-. Oh, no sabía que esta llamada era esa clase de llamada. Te ves muy bien, Minakami. Confundido observé la pantalla hasta caer en cuenta a lo que Ekrem se refería: Minakami no estaba usando camisa. Minakami rió nervioso-. Lo había olvidado, es sólo que mi padre no está y hacía calor. Ekrem lo miró-. ¿Hacía calor o tú y Alex estaban en medio de algo? Si los estoy interrumpiendo puedo salirme de la llamada para que sigan con su sesión digital. -No estábamos haciendo una sesión digital, -Minakami se apresuró a decir, un poco avergonzado-. No somos pervertidos. -Oye, oye, nadie dijo que fueran pervertidos, -Ekrem estaba riendose-. Pero si querías hacer algo con Alex mientras yo veo, pudiste sólo decirlo, no tenías que quitarte la camisa. Minakami abrió la boca, mitad riendo, mitad sorprendido-. ¿Hacer algo con Alex? Tú fuiste quien tuvo un trío con él. Ekrem sonrió con sólo el recuerdo-. Y tú lo llevaste a unas aguas termales para verlo desnudo en la primera cita. -Es que debiste ver lo tierno que era, la forma en la que se acercó a hablarme. Dios, fue muy lindo. -¿Verdad? -Ekrem le dio la razón-. Fue muy lindo, me encantó haber estado con él. Yo me quedé callado, sonrojado. No sabía que decir cuando ellos dos se ponían a hablar así de mí. Cierto, yo era lo único que tenían en común así que, ¿de qué más esperaba que hablaran? -Oye, -Ekrem dijo entonces, aquella dulce sonrisa con su cálida voz regresaron-. Ya en serio, Minakami, sólo estaba bromeando. Puedo ver porque Alex quiso salir contigo. Además, no me estoy quejando por verte sin camisa. Minakami sonrió-. Tampoco tú te ves nada mal, veo porque le llamaste la atención a Alex. Aunque, es un poco injusto, ¿no? Tu puedes ver más de mí que yo de ti. No comprendí de que estaban hablando pero Ekrem si pareció entender pues no dijo nada, tan sólo sonrió, colocó su cámara sobre un mueble y se quitó la camisa. Entre los dos empezaron a intercambiar cumplidos. No estaba seguro de lo que estaba pasando, si era algo que hacían de forma sincera o si esta era su forma de conocerse, hacerse plática. Minakami le contó que había visto las fotos de Ekrem, yo y su novio. Ekrem le contó que yo le había enseñado las fotos de Minakami y yo. Ambos se veían increíble. Minakami, su piel clara, pálida, su cabello color caoba con un toque de miel, su pecho liso, pulido. Ekrem, su piel oliva, morena, el color de sus ojos, el azúcar de sus labios, su pecho y barba con rastros de vello, suave, tercio. -De hecho, ayer, mi novio y yo, -dijo Ekrem-. Le mandamos una foto de nosotros, así, sin nada de ropa, besándonos, a Alex para ver que decía pero no nos contestó. -¿En serio? -Minkami replicó-. Yo le mandé una foto de mí en unas aguas termales, no había nadie así que aproveché pero tampoco respondió nada, sólo seguimos hablando de otras cosas. Hubo un silencio, fue largo. Uno, dos, tres segundos. -¿Estas pensando lo mismo que yo? -preguntó Minakami. -Suena a que Alex nos debe un par de cosas, -Ekrem sonrió antes de dirigirse a mí-. Alex, ¿estas oyendo? Parece que ambos tenemos fotos sin corresponder. -Lo siento, - fue lo único que atiné a decir-. He estado un poco ocupado, se me olvidó, en serio, no fue apropósito. No tenía tiempo. -Bueno, justo ahora tienes tiempo, ¿qué no? -Además, eres el único que tiene la camisa puesta. Eso no me suena muy justo. -Alto, alto, alto, -me detuve, alejándome de la pantalla de mi teléfono-. ¿Qué están diciendo? -Yo creo que nos debes un pequeño show, ¿no es así, Ekrem? -Muy cierto, Minakami. Nos debes un show, Alex. Abrí la boca sin saber que decir, suspirando impresionado. No podía decir que no me emocionaba la idea de hacer un pequeño show para ellos, sin embargo, nunca había hecho nada como eso y quitarme la ropa frente a la cámara era un sentimiento nuevo, extraño. Al verlos ahí, a ambos, sus rostros en la pantalla, recordé todo lo que había vivido hasta ahora, todo lo que viviría. En un año y cuatro meses, Minakami no me había dejado de hablar ni un poco, había estado ahí para mí y para ser franco, sus consejos eran muy buenos. Confiaba en él. Ekrem, a pesar de sólo haber pasado cuatro meses desde Turquía, también seguía dedicándome tiempo. Es más, si a veces no hablábamos tanto era más por yo estar ocupado que por ellos. Una sonrisa apareció en mis labios-. Okay, pero soy un desastre así que nada de reírse. ¿Okay? -Ambos asintieron. Dejé el teléfono sobre el escritorio de mi habitación y lo acomodé para que mostrara una vista amplia del cuarto y la cama-. Oh, se me ocurrió algo, esperen. Salí corriendo al cuarto de Chris, revolviendo las cosas en su armario hasta encontrar lo que buscaba. Oí un ruido en la parte de abajo de la casa. Mi corazón se detuvo un instante pero cuando vi al gato subir respiré de nuevo. "Sólo es el gato." Regresé a mi cuarto, abrí mis cajones, saqué algo más, atenué la luz y encendí la música. -¡Oye, esto ya se puso profesional! -¿Quieres opacarnos verdad? Sus palabras me hicieron sonreír. Me coloqué en una esquina fuera del alcance de la cámara, me quité la camisa y me coloqué la chamarra de Chris, la misma que Minakami me había ayudado a comprar. Entonces avancé frente de ellos. -¿Esa es la chamarra de tu hermano? -preguntó Minakami al instante, reconociéndola. Ekrem nos observó, confundido-. Entre Alex y yo la compramos. -Siempre me ha recordado a ti, -le dije entonces, antes mostrarles lo que había sacado de mi cajón, un pequeño triangulo de tela azul-. Y esto, esto me recuerda a ti, Ekrem. -¿Te robaste la bandera del tour? Me reí pero no dije nada, no había ninguna justificación más que el hecho de que quise llevarme un recuerdo. Fue entonces que inicié. De pie, frente a ellos, comencé a desabrochar uno a uno los botones de la chamarra de mi hermano, mostrando mi pecho debajo. Hubo silencio, traté de ignorarlos pero ahí estaban ambos, observándome, sonrisas en sus rostros. Dejé la chamarra abierta, sin quitármela, cuando empecé a desabotonar mis pantalones y, un instante después, dejarlos caer al suelo. -Esto me trae muchos recuerdos, -Minakami estaba sonriendo. -No sabía cuanto extrañaba esto, -comentó Ekrem. Di un paso fuera de mis pantalones y me quedé ahí de pie, en ropa interior, la chamarra abierta mientras ellos me veían. Era nuevo, emocionante. Justo entonces tomé la bandera y la coloqué frente a mi entrepierna mientras me quitaba los boxers. Al final, así fue como quedé, usando nada más que las cosas que ellos me habían dado. Sin ropa salvo por la chamarra y la pequeña bandera azul cubriéndome. Di una vuelta para darles una vista de todo antes de deslizar la chamarra de mis hombros y dejar caer la bandera azul. Minakami y Ekrem aplaudieron. -¿Les gustó el show? -dije entonces, tímido pero haciendo un esfuerzo por no taparme. -Mucho, -ambos dijeron a la vez. No me vestí para el resto de la conversación pero esta tampoco duró demasiado, los tres teníamos cosas que hacer. Cuando colgamos me volví a poner la ropa interior, sólo para sentirme un poco más cómodo. Volví a encender la computadora para continuar con la tarea cuando me llegó un correo. Era de mi escuela, estaban invitándome a participar en un viaje escolar. "¿Praga?" Leí, incrédulo. No estaba seguro dónde quedaba eso. "República Checa. Europa." Nunca había ido a Europa, no sonaba tan mal. Me puse de pie. ¿Por qué me estaban invitando a un viaje? En mi escuela, sólo los alumnos más grande podían ir a viajes fuera del país. Entonces recordé: Chris. Seguramente me estaban invitando porque era mi hermano y por el número de clases que estaba tomando yo en grados superiores. No estaba seguro que tanto sentido tenía pero dejé de pensar en ello. Tendría que pedirle permiso a mis padres. Salí al baño para lavarme la cara pero, mientras avanzaba por el pasillo, me detuve sintiendo una corriente de aire frio: la ventana estaba abierta. Me apresuré a cerrarla, castigándome mentalmente por no haberlo hecho antes. "Praga," pensé, emocionado. "La Grande Japón, la Mágica Turquía y ahora, la... ¿Misteriosa Republica Checa?" No lo sabía, pero iba a descubrirlo. ------------------ Quise hacer un pequeño interludio con los personajes que ya conocemos antes de seguir con la historia, al próximo país, próxima aventura. ¿Están listos?